Los ‘Yayoflautas’ salían este viernes a las calles de los municipios de Murcia, Lorca y Santomera para hacerse escuchar. Carteles en mano, reclamaban a las entidades financieras que permitan tener una cuenta gratuita, sin comisiones ni gastos, y atención personalizada.
En Lorca, se concentraban en la Alameda de la Constitución para recorrer poco después algunas de las vías en las que mayor número de entidades bancarias se dan cita, como la avenida de Juan Carlos I o la Corredera. Hasta casi medio centenar de ‘Yayoflautas’ participaban en la protesta. Entre los asistentes, el que fuera alcalde socialista, José Antonio Gallego, o el escritor lorquino Antonio Valero, que a sus 92 años se hacía escuchar para reclamar lo que consideran una “necesidad”.
Pedían “atención personalizada en los bancos”, pero también que las cajas no cierren a las once de la mañana. Lo han hecho con carteles que han exhibido durante su recorrido. Durante la protesta se producían escenas que tienen mucho que ver con lo que reclamaban. “Una señora mayor llegaba al cajero en compañía de quien parecía su hijo o su nieto. Estas situaciones se repiten con demasiada frecuencia, por lo que pedimos atención personalizada en un momento en que pretenden que todo sea digital”, señalaba uno de los manifestantes.
También en Santomera los Yayoflautas de Murcia se han concentrado este viernes para reclamar a los bancos "una cuenta gratuita y sin gastos y atención personalizada y humana".
Este colectivo ha decidido manifestarse el 25 de cada mes, coincidiendo con el día de paga de las pensiones, para obligar a las entidades financieras a ofrecerles en la ventanilla los servicio que solo pueden obtener a través de Internet.
Sus integrantes salieron a la calle por primera vez el 25 de enero en Murcia y hoy han hecho público un manifiesto en el que recuerdan que, según el Instituto Nacional de Estadística, "en 2020 había más de cinco millones de españoles con más de 65 años que no saben operar por Internet".
Añaden que "aproximadamente el 30% de población no tiene acceso a Internet en sus domicilios, lo que les obliga a tener que acudir a terceras personas", a pesar de que esta dependencia "les resta autonomía, incluso dignidad, a los que sufran esta situación".
También se quejan de que "en numerosas ocasiones nos vemos obligados a utilizar el cajero para operaciones, algunas complejas, sin protección alguna ante posibles extorsiones, fraudes o atracos, lo que supone, además, una invasión del espacio público".
Su pretensión es recibir "una atención personalizada durante toda la jornada laboral, sin privilegios respecto a los demás ciudadanos, porque entendemos que sería injusto para el resto de los usuarios".
Demandan igualmente "protección en los cajeros externos a la entidad", así como una rebaja de las comisiones y una minoración de los intereses, teniendo en cuenta que tienen su nómina domiciliada.
Reivindican "una banca pública, similar a la que ya conocimos como Banco Hipotecario de España, donde no te exigían, por ser cliente, un seguro de vida y de hogar y donde, si retrasabas el pago circunstancialmente, no se cobraban unas penalizaciones abusivas como ahora".
