La sexta ola de la pandemia está frenando la recuperación y empeora las expectativas económicas para el primer semestre 2022, según revela el Barómetro del Colegio de Economistas de la Región presentado este martes. La encuesta realizada entre los colegiados el pasado diciembre está marcada por el pesimismo y la incertidumbre que provoca la caída del consumo en sectores como el comercio y la hostelería con la vuelta de las restricciones y los desajustes que están limitando las posibilidades de crecimiento económico a escala global. El 36% augura un empeoramiento en el primer semestre del año.

Las tensiones inflacionistas, los elevados niveles de endeudamiento público y los cuellos de botella en las cadenas de suministro originadas por el bloqueo del transporte marítimo son las principales amenazas que perciben los economistas murcianos .

Entre «los nubarrones» que amenazan la recuperación aparece incluso el temor a «posibles restricciones en el suministro eléctrico», que se ve alentado por las especulaciones sobre un hipotético apagón.

No obstante, el decano del Colegio de Economistas, Ramón Madrid, precisó que estos «nubarrones» se corresponden con la imagen que reflejaba la economía regional en el mes de diciembre, cuando los estragos de la sexta ola de la pandemia obligaran a establecer nuevas restricciones, a pesar de que parecía que la crisis sanitaria podía darse por superada.

De hecho, el 58,2% de los encuestados prevé que la situación económica y financiera de las empresas se mantendrá durante los próximos seis meses, «aunque una cuarta parte cree que irá a peor».

El responsable del Barómetro, José Carlos Sánchez de la Vega, explicó que esta situación supone «un freno a la recuperación» y «un empeoramiento de la confianza», que genera una pérdida de confianza entre los economistas.

«La sexta ola ha producido un parón en las expectativas de consumo», ha explicado el director del Barómetro, Patricio Rosas.

Ramón Madrid apuntó que algunos de los problemas que están lastrando la recuperación, como la inflación o el encarecimiento de los costes del transporte marítimo, que llega a alcanzar en algunos productos un peso del 40% sobre el precio final, pueden ir amortiguándose en los próximos meses.

En las previsiones de los economistas para los próximos seis meses siguen pesando «las dudas e incertidumbres».

Los encuestados consideran que al menos en el primer semestre de 2022 «la recuperación se verá influida por la evolución de la pandemia, el fuerte repunte de la inflación y otros factores que ponen en riesgo» la salida de la crisis.

Un 36,3% de los consultados considera que la economía de la Región empeorará en la primera mitad de 2022, mientras que el 12,5% espera que mejore y un 46% da por hecho que seguirá igual.

Las previsiones sobre la economía española son peores, dado que el porcentaje de los economistas que auguran un empeoramiento llega al 41,3%. Sin embargo, baja al 30% en el caso de la previsión para la economía europea.

Al preguntarles por su situación económica personal, el 14,2% de los colegiados ha respondido que está mejor que hace seis meses (2,7 puntos menos que el anterior Barómetro) y el 66% declara encontrarse igual (2 puntos menos), mientras que el 19,8% apunta a que está peor, lo que supone un aumento de 4,9 puntos.

La situación del Mar Menor se suma a los problemas que acentúan la crisis

La crisis del Mar Menor es vista como uno de las principales factores que limitan las posibilidades de recuperación economía regional, junto con el colapso del transporte marítimo y los altos niveles de déficit y endeudamiento público. La degradación que sufre la laguna salada ocupa el tercer puesto en la escala que recoge el Barómetro de los Economistas, con una puntuación de 3,77 sobre un máximo de 5.

El cierre de las líneas ferroviarias también aparece entre los principales condicionantes que debe afrontar la economía regional. Ocupa el cuarto puesto, con un 3,68. Adif cerró el pasado 1 de octubre la línea de Cercanías a Lorca y Águilas y a finales del próximo mes de febrero dejarán de circular los trenes a Madrid entre Cartagena y Archena.

La peor nota en la lista de problemas y carencias a los que se enfrenta la economía regional lo ocupa el colapso del transporte internacional y la subida de los fletes marítimos.

Por otra parte, el déficit de infraestructuras es considerada la mayor debilidad de la economía regional para el 58% de los encuestados, por delante de la falta de recursos hídricos, que resalta el 51,2%.

Los economistas también destacan la falta de mano de obra cualificada en algunos sectores entre los problemas que afrontan las empresas.

Entre las reformas pendientes consideran más urgente la del mercado eléctrico, seguida de la educativa y la del sistema de financiación autonómica.

Casi el 18% detecta un aumento de la desigualdad a causa de la pandemia

El aumento del déficit y de la deuda pública es la consecuencia más acusada de la pandemia que perciben los economistas, aunque también detectan unas pérdidas irreversibles en el tejido productivo y en el capital humano de la Región tras dos años de crisis sanitaria.

El 35,1% de los profesionales que han participado en el sondeo del Colegio de Economistas señala el endeudamiento público como uno de los efectos negativos más relevantes. Sin embargo el 17,9% coincide en que la pandemia ha provocado un aumento de la desigualdad en la economía de la Región y de España.

El mismo porcentaje aprecia «daños irreversibles en el tejido productivo», cuyo impacto se considera incluso superior a la ruptura de las cadenas de suministros (16,6%).

La pérdida de capital humano, que alcanza el 12,5% y aparece como «el efecto negativo menos persistente».

Ante la costosa factura que deja la crisis sanitaria, los economistas consideran que la capacidad exportadora de las empresas (71,6%) y las posibilidades que ofrecen los recursos naturales de la Región para el desarrollo de la actividad económica (68,5%) constituyen las principales fortalezas de la economía. Entre estos recursos destacan el turismo, la agricultura o las energías renovables». La cultura empresarial y el dinamismo emprendedor aparecen el tercer puesto (54,3%), mientras que el cuarto lugar lo ocupa la cultura del agua y la eficiencia del regadío (46,3%).

Pese a las dificultades para encontrar mano de obra cualificada en algunos sectores, la existencia de un capital humano de calidad (27,8) sigue viéndose como una de las fortalezas más importantes.