En un año normal, en estas fechas, las consultas de pediatría y las puertas de Urgencias Infantiles estarían desbordadas de casos de gripes y virus respiratorio sincitial (VRS), pero la pandemia de coronavirus ha desplazado un invierno más a otros virus respiratorios dando protagonismo a la covid.

El jefe de Urgencias Pediátricas de Cartagena, Joaquín Susmozas, explica que «cuando la covid aparece los otros virus se esconden» y apenas están teniendo casos de gripe y VRS. Este último está teniendo un año muy oscilante, ya que hubo un repunte de bronquiolitis hacia final de la primavera y el inicio del verano, unas estaciones nada habituales para su presencia, ya que suele presentarse entre enero y febrero.

El doctor Manuel Sánchez Solís, jefe del Servicio de Pediatría de la Arrixaca, señala que de VRS están teniendo algunos casos, «pero más espaciados de lo habitual, no como ocurría otros años. Mientras que de gripe no han tenido ninguno.

En las consultas de pediatría de Atención Primaria la situación se repite. El doctor Antonio Iofrío ha atendido a pacientes con los síntomas de un catarro normal, «pero gripe no estamos teniendo», apunta.

Los especialistas temían en otoño que este invierno fuera distinto al pasado y al no haber tenido apenas casos de gripe y VRS el anterior invierno, ahora se dispararan al no estar preparado el sistema inmune. Sin embargo, vuelve a repetirse la misma situación del pasado enero.

El presidente de la Fundación Prandi de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP), Fernando García-Sala, informa de que el confinamiento por la covid hizo bajar de forma exponencial las patologías en menores, especialmente de los dos «virus estrella: la influenza (gripe) y el virus respiratorio sincicial (VRS)».

«No hubo prácticamente ningún caso, las consultas estaban vacías de la patología habitual en noviembre, diciembre y enero. Fue una cosa increíble», asevera.

Pero en aquel momento los niños acababan de iniciar el colegio y había muchas medidas de prevención, como mascarilla o lavado de manos. Había una ausencia de estímulos inmunológicos por la falta de exposición a los virus y los contagios bajaron exponencialmente.

Pero este año se han relajado las medidas, y como los niños han pasado un año sin formarse con los pequeños estímulos antígenos que les hace producir anticuerpos se esperaba que la respuesta fuera mucho más graves, algo que de momento no se está produciendo, los virus respiratorios siguen arrinconados.