El estreno de las nuevas líneas de transporte de viajeros de la Comunidad Autónoma y del Ayuntamiento de Murcia dejó en tierra a cientos de usuarios, que se habían quedado sin autobús con el cambio de rutas o tuvieron que esperar más de lo previsto en la parada y llegaron tarde al trabajo o a clase. Los viajeros también se encontraron este viernes con que las nuevas concesionarias no admitían los bonos universitarios ni los municipales, lo que originó muchas protestas, porque había estudiantes que no tenían dinero en efectivo y usuarios que solo llevaban billetes grandes .

La Consejería de Fomento dio a conocer con apenas una semana de antelación los recorridos de las 40 líneas que este viernes han entrado en servicio en 17 municipios. La jornada arrancó con una protesta de las usuarias de la línea de La Alcayna que trabajan como empleadas de hogar en las urbanizaciones situadas en las pedanías de Molina. A primera hora se encontraron con que no aparecía el autobús que cogían cada día en la plaza Circular de Murcia y acabaron parando un autobús.

El arranque de las nuevas concesionarias estuvo marcado por el desconcierto ante la falta de información sobre los nuevos itinerarios y el cambio de horarios. El alcalde de Molina, Eliseo García, afirma que llegó a recibir una veintena de quejas durante la mañana. Recordó que él ya había advertido los problemas de La Alcayna y apuntó que «Ceutí tiene más autobuses, a pesar de tener una población mucho menor».

El alcalde de Molina asegura que llegó a recibir una veintena de denuncias de estudiantes y vecinos

Eliseo García explicó que la supresión de las paradas en el último tramo de la línea de Molina «obligó a un estudiante del Instituto Miguel de Cervantes de Murcia, que debe usar muletas, a bajarse en el estadio Barnés para coger un taxi. Este alumno se bajaba hasta ahora en una parada situada junto a La Opinión, que ha desaparecido».

Añadió que otras muchas quejas procedían de estudiantes y vecinos a los que no se les permitía usar los bonos en los vehículos de las nuevas concesionarias. «Estas quejas han provocado retrasos en la salida de los primeros autobuses, que se han ido arrastrando el resto de la mañana».

Por su parte, la alcaldesa de Santomera se quejó de que «la información sobre las nuevas rutas no llegó al Ayuntamiento hasta el jueves». Inmaculada Sánchez también recibió quejas de «vecinos que han llegado tarde al trabajo y que tampoco saben con exactitud a qué hora pasan los autobuses por las paradas, porque solo pone la hora de salida».

La regidora de Santomera se queja de que la información de los nuevos itinerarios no llegó hasta el jueves

También expresó su preocupación por saber «qué va a pasar con los bonos municipales que tienen las personas mayores, los pacientes que deben viajar a los hospitales y los parados, que estaban recogidos en un acuerdo con Latbus. La nueva concesionaria nos ha dicho que no había recibido instrucciones de la Comunidad», precisó.

La aplicación de una ley regional de 2015 ha impuesto el traspaso de las líneas de pedanías a los ayuntamientos y ha obligado a recomponer el mapa del transporte en las áreas metropolitanas de Murcia y Cartagena. El resultado ha sido una fragmentación de los antiguos itinerarios en nuevas rutas que no tienen en cuenta la cohesión existente entre las poblaciones vecinas, porque pertenecen a municipios diferentes.

El caso más representativo es el de la antigua conexión Alcantarilla-Espinardo, que se ha desdoblado en una línea intermunicipal Alcantarilla-Murcia y una ruta de pedanías de titularidad municipal que solo llega hasta las Casas del Parra, en el límite de la capital con la huerta.

A su vez, el Ayuntamiento de Murcia ha modificado la antigua línea l, de San Ginés a los centros comerciales, para dar servicio a los usuarios de la carretera de Alcantarilla. Ahora muere en la plaza Circular y obliga a los usuarios con destino a Thader y Nueva Condomina a hacer transbordo para coger el tranvía. El presidente del comité de empresa de Latbus, Francisco Tomás Muñoz, cree que «habría sido mejor prolongar la nueva línea 44 hasta el límite de Alcantarilla para dar servicio a pedanías como Puebla de Soto», que hasta ahora tenían autobús cada 15 minutos y ahora deben esperar más.

En Cartagena se planteó un problema similar con la línea de La Manga, porque llega hasta las urbanizaciones del término municipal de San Javier, pero las quejas de los usuarios han obligado a mantener el servicio hasta El Pedruchillo. Sin embargo, en la estación de autobuses se desconocía el nuevo horario.

La plantilla de Latbus se ha repartido entre Iberbus, Alsa, Orbitalia y Monbus, pero una veintena de trabajadores no han quedado adscritos a los nuevos servicios, lo que dará lugar a una demanda.

La Consejería anuncia que se pueden canjear los bonos por los de Movibus

La Consejería de Fomento quitó importancia a las quejas de los usuarios de los autobuses y aseguró en un comunicado que «la implantación de los nuevos servicios de transporte interurbano de Movibus se desarrolló con normalidad en su primera jornada», según la información que le transmitieron las nuevas concesionarias, «las empresas Alsa, Orbitalia e Interbus». También anunció que desde la tarde de este viernes pueden canjearse los bonos de Latbus que tenían los viajeros por los de Movibus, la marca de los servicios que dependen de la Consejería. 

El cambio debe realizarse en los mostradores de las empresas Alsa, Orbitalia e Interbus en la estación de autobuses de Murcia.

El consejero de Fomento, José Ramón Díez de Revenga, había admitido en las semanas previas a la puesta en marcha de las nuevas líneas que habría «quejas» y «distorsiones» en el estreno y había pedido «disculpas por anticipado» a los usuarios. Fuentes de este departamento indicaron ayer que «las incidencias han sido las propias del arranque de un nuevo sistema de movilidad regional» y avanzaron que «se están resolviendo en el menor tiempo posible».

 Por su parte, el diputado regional de Podemos Rafael Esteban definió como «un absoluto caos lo vivido esta mañana (por ayer) en las paradas de autobuses de Murcia y las pedanías y en los municipios de su área metropolitana, con retrasos, protestas y un transporte que queda gravemente recortado y herido de gravedad». Añadió que la nueva red «acentúa la radialidad» y supone «unos recortes de frecuencias que van del 25 al 30%», además de precios más altos.