Latbus se constituyó a principios de los años 80 a partir de la fusión de tres pequeñas compañías: Lirsa, Aumusa y Travimusa. La empresa que durante los últimos 40 años ha gestionado la mayor parte del transporte urbano de Murcia y las líneas interurbanas del área metropolitana de la capital ha perdido la concesión de los autobuses de las pedanías y la de Molina. A partir del próximo viernes, cuando la gallega Monbus se haga cargo de las nuevas rutas del municipio, Latbus se quedará prácticamente sin actividad. Como las cajas de ahorros, vivió un proceso de concentración al que sumó en 1999 la línea de San Pedro del Pinatar y La Torre de la Horadada, que también quiere abandonar ahora, a pesar de que esta ruta no ha entrado todavía en las convocatorias previstas por la Consejería de Fomento dentro del nuevo Mapa de la Movilidad.

Y al igual que las cajas de ahorros, Latbus se vio arrastrada por la crisis de 2008 y acabó suspendiendo pagos en 2011. Desde entonces ha ido sorteando las dificultades y sus autobuses amarillos han seguido circulando por las calles de Murcia y de más de una decena de municipios.

Además, en octubre de 2012 perdió la concesión de los autobuses urbanos de la capital, que obtuvo la empresa Transportes de Murcia, propietaria de los ‘coloraos’. Tras el concurso y el posterior acuerdo con los acreedores, logró mantenerse a flote con una plantilla de unos 300 trabajadores, que ahora se repartirán entre la gallega Monbus y la compañía Interbus, heredera de las rutas interurbanas de Molina. La dirección ha eludido pronunciarse sobre sus planes.