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Economía

Los vecinos de El Moral recorren 23,4 kilómetros para sacar dinero

Los vecinos de El Moral recorren 23,4 kilómetros para sacar dineroEnrique Soler

Las entidades financieras han mantenido algún cajero en los municipios y en las pedanías cuando cerraban sus oficinas, pero en la comarca del Noroeste hay pequeños núcleos de población en los que no existe ningun tipo de servicio bancario. Además, las distancias a poblaciones con una oficina son mayores. Así, los vecinos de El Moral, una pedanía de Caravaca, tienen que hacer 23,4 kilómetros para desplazarse a Barranda para sacar dinero y realizar sus gestiones.

Desde Cañada de la Cruz, que pertenece al municipio de Moratalla, la distancia hasta Barranda llega a los 32,5 kilómetros.

Los municipios pequeños disponen de un cajero automático, pero no es suficiente para atender las necesidades de los vecinos de más edad que no tienen capacidad para manejar sus cuentas de forma telemática. El alcalde de Ulea, Víctor Manuel López Abenza, que preside el grupo constituido por los ocho municipios de la Región con menos de 5.000 habitantes, el llamado ‘G-8’, explicaba que las personas mayores «tienen dificultades incluso para manejar una tarjeta de crédito y mucho más para ver si les han cargado el recibo de la luz. Los jóvenes pueden hacer sus movimientos online, pero a los mayores el apagón financiero les ha pillado a contrapié».

López Abenza añadió que la sofisticada tecnología de las terminales hace que se desconecten cuando se produce «un apagón que puede durar segundos, pero la reparación tarda varios días», dejando sin ningún tipo de servicio a los vecinos del pueblo.

Recordó que la mejora en la dotación de los servicios bancarios es una de las reivindicaciones que los alcaldes del G-8 plantearon al consejero de Presidencia y Turismo, Marcos Ortuño, durante la reunión que mantuvieron hace varias semanas.

Los ayuntamientos tratan de conseguir el apoyo de la Comunidad Autónoma desde hace años para que las entidades financieras abran una oficina en los pueblos que se han quedado sin ninguna sucursal y atiendan a los vecinos, aunque sea solo algunos días por semana, para que puedan resolver las gestiones más frecuentes sin necesidad de tener que desplazarse fuera del municipio.

Estos consistorios están dispuestos a ofrecer las dependencias municipales a los bancos para negociar su instalación con la mediación de la Comunidad.

El alcalde de Ulea se lamentó de que, al mismo tiempo que «las entidades rescatadas con dinero público, que recibieron grandes cantidades en ayudas del Estado» y ahora tratan de ahorrar dejando sin servicio a parte de la población, «cobran grandes comisiones a los ayuntamientos y les cargan cuotas por utilizar sus aplicaciones informáticas».

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