El consejo sectorial vitivinícola de Cooperativas Agro-Alimentarias de España espera que la presente vendimia sea corta en producción -en torno a los 39,50 millones de hectolitros- pero de calidad excepcional.

Fuentes de Cooperativas han explicado que la estimación que los integrantes del consejo sectorial hicieron ayer es «inicial», ya que las cifras podrían sufrir cambios por el comportamiento de la climatología en septiembre.

La Región de Murcia tiene un volumen de producción de 778.00 hectolitros. Castilla-La Mancha, con 22,50 millones de hectolitros, es con gran diferencia la región con mayor volumen de producción.

«La cosecha en todo caso será corta, por debajo de la media, y siete millones de hectolitros menor que la anterior campaña, en la que se obtuvo 46,5 millones de hectolitros», indican en un comunicado en el que achacan la reducción de la producción a la sequía y a algún episodio aislado de helada y granizo.

Destacan que en el conjunto de la Unión Europea, la vendimia registrará una «bajada histórica» a causa de la adversa climatología, especialmente en Francia e Italia, que junto a España son los tres mayores productores mundiales de vino.

Los cooperativistas señalan que afrontan con «ilusión» la comercialización de los productos vitivinícolas españoles después de la pésima situación de mercado de los últimos tiempos a causa de la crisis de la covid, que tuvo «efectos devastadores» en el canal de hostelería y restauración (Horeca).

Desde Cooperativas Agro-Alimentarias aprovecharon para defender la realización de contratos plurianuales entre productor y bodega «con el fin de contribuir a la estabilidad de toda la cadena de suministro del vino». También para «proporcionar a los productores vitivinícolas la seguridad de unas relaciones de venta duraderas».

Recuerdan, asimismo, que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación homologó el pasado julio, a solicitud de la Organización Interprofesional del Vino de España, los contratos-tipo de compraventa de uva con destino a su transformación en vino y compraventa del mismo que regirán durante tres campañas vitivinícolas. «La utilización de estos contratos homologados favorece la transparencia del mercado y ordena las transacciones comerciales», sostienen.