Empleo

El teletrabajo todavía no ha venido para quedarse en las casas de la Región

Seis de cada diez economistas murcianos consideran que se ha recurrido a esta modalidad de forma "temporal" por la crisis de la covid

Teletrabajo.

Teletrabajo.

Adrián González

Adrián González

Necesita mejorar. Es la conclusión principal que sacan los economistas murcianos de la implementación del trabajo en casa o el teletrabajo entre los empleados de la Región de Murcia tras casi año y medio de pandemia. Así se pone de manifiesto en el Barómetro número 30 elaborado por el Colegio de Economistas de la Región de Murcia presentado ayer por el director del informe, José Carlos Sánchez, y el decano, Ramón Madrid. El 58,6% de los colegiados encuestados considera que el teletrabajo ha sido a la que se ha recurrido de forma temporal a causa de la crisis sanitaria, mientras que el 41,4% considera que se quedará de forma permanente en nuestras vidas.

«Los economistas consideran que el teletrabajo no está al mismo nivel de eficiencia y de eficacia que el presencial. Es una cuestión de que tenemos que adaptarnos a él», resaltó Madrid. El decano aseguró que en la Región, por los «sectores estratégicos» en los que está centrada y por la forma de trabajar que tiene, «no se puede imponer el teletrabajo como algo habitual» por ahora. La deducción que han sacado los economistas murcianos es que esta modalidad de trabajo «no se ha impuesto como algo de futuro» en la Comunidad. Para Madrid, el teletrabajo aún «no está impregnado en el ADN» de la Región, por lo que espera que la tendencia pueda cambiar «a base de formación y cultura» para impulsar de esta forma la digitalización en los próximos años.

Por su parte, Sánchez añadió que una de las causas por las que todavía no se considera que vaya a prolongarse en el tiempo es que el cambio del trabajo presencial al teletrabajo tras el estallido de contagios en marzo del año pasado fue que «todo sucedió muy rápido».

«En un año nos hemos tenido que adaptar a la educación virtual, al teletrabajo y a la administración electrónica forzada. Quizás ha sido todo muy acelerado para que estemos en condición de cambiarlo de forma radical», consideró. Asimismo el desarrollo de la educación virtual se establecerá de forma permanente para casi 6 de 10 economistas murcianos, mientras que poco más del 40% considera que será momentáneo. Tampoco está del todo clara la posición respecto al refuerzo de la inversión pública en infraestructuras digitales.

Por contra, la pandemia sí que ha provocado distintos hábitos que se van a quedar en nuestras vidas, como realizar la compra a través de Internet (el 89% indica que será permanente), la reducción del pago en efectivo (79,5%), los cambios en los hábitos y costumbres sociales (75,7%) o la consolidación de la Administración en línea (74%), según el estudio del Colegio de Economistas.

Crece el ritmo de digitalización

Otra de las buenas noticias recogidas en el barómetro es que la pandemia ha agilizado el proceso de digitalización, lo que ha hecho crecer tanto a empresas como a las administraciones públicas. Respecto al primer grupo, el 18,2% de los encuestados respondió que lo hizo de forma intensa, el 30,3% fue moderado y el 41,6% a un ritmo medio. En cuanto a las administraciones públicas, el 11,8% declara que lo hizo de forma intensa, el 49,3% moderada y el 38,8% a un nivel medio.

«Todavía se les puede pedir un avance mucho más rápido», resaltó el director del barómetro. En cuanto a las dificultades detectadas para lograr que la digitalización avance de forma más ágil en la Región destacan «la falta de cultura innovadora, la ausencia de planes estratégicos, así como el déficit de recursos económicos y financieros».

En el apartado de las expectativas de crecimiento en los sectores de la Región de Murcia para el último semestre del año, «por primera vez en los últimos tres años no se observaba que todos los sectores crecen en la economía regional», destacando el sector del turismo, ocio y hostelería (3,75 puntos sobre un máximo de 5), que se sitúa a la cabeza seguido de las nuevas tecnologías de la información (3,75), actividades sanitarias y de servicios sociales (3,53) o logística y transportes (3,41).

En un nivel medio se sitúa la construcción (3,26), agricultura y ganadería (3,21) y el comercio minorista (3,07). Las industrias del mteral, textil, calzado y muebles (2,97) y el sector financiero, de seguros y servicios avanzados (2,93) están a la cola respecto a las expectativas de crecimiento.

Durante la presentación del barómetro se aclaró que el estudio se realizó durante el pasado mes de junio y la primera semana de julio, cuando la quinta ola de la pandemia no estaba en auge todavía «y todo hacía estimar que la evolución económica seguiría con éxito». A la cuestión de cómo se podrían comportar los distintos indicadores económicos ante la quinta ola y la imposición de restricciones más duras, Sánchez señaló que «sería aventurado hacer una valoración», pero sí que admitió que «no es nada descabellado el pensar que la percepción en muchas de las variables sería más desfavorable».

«Hay una sensación de que la pandemia todavía no ha terminado. Ahora se ha hecho particularmente complicado el marcar tendencias claras», resaltó. Por último, añadió que en el mes de diciembre esperan tomar de nuevo el ‘pulso’ a la percepción de la realidad económica con la presentación de un nuevo barómetro.