El Ministerio de Agricultura comenzó ayer a negociar con las comunidades autónomas las líneas que marcarán la distribución de los fondos europeos de la Política Agraria Común hasta 2027 teniendo en cuenta la nueva estructura de estas ayudas que Europa aprobó hace escasas semanas, una negociación que se antoja difícil pese al buen clima y entendimiento que quería vender ayer el departamento de Luis Planas.

Entre algunos aspectos generales, el Ministerio quiere que el importe de la ayuda básica a la renta esté limitado a 100.000 euros al año por beneficiario y que el 60% de estas se centren en la sostenibilidad de las explotaciones; que la renta agraria de un agricultor profesional sea de un 25% o superior para percibir fondos europeos; el importe por hectárea de las subvenciones se distinguirán en un máximo de 20 regiones donde se diferenciarán pastos, cultivos herbáceos de secano o regadío y cultivos permanentes, entre otros.

Respecto al segundo pilar de la PAC, los conocidos fondos Feader para el desarrollo agrario y rural y que tienen un peso importante en la Región, el Ministerio de Agricultura calcula que en este presente periodo de la nueva PAC hasta 2027 Murcia recibirá 240 millones de euros. Estos detalles vienen en un primer borrador de los que será el Plan Estratégico de la Política Agraria Común en España y que ayer se trató en la primera reunión con la Conferencia Sectorial con las comunidades.

En lo referente a los ecoesquemas, la piedra angular para el Ministerio en esta nueva etapa de la PAC, Planas apuesta por perfilar poco a poco con las comunidades la definición de estas ayudas destinadas a actuaciones medioambientales en agricultura y ganadería y espera tener una estructura de las mismas más firme en otoño. El consejero de Agricultura de Murcia, Antonio Luengo, reclamó ayer precisamente que al menos un ecoesquema refleje la lucha contra la desertificación del sector primario en la comunidad, con ayudas concretas para el sureste español.

El Ministerio contempla 14 millones de euros en las ayudas asociadas para el secano de frutos secos en zonas afectadas por la desertificación, una cifra escasa para el consejero, que reclamó a Planas la creación de una región propia en el Levante español que acometa las necesidades del secano rabioso».

La ganadería intensiva de la Región, que se puede ver perjudicada en el nuevo planteamiento, apenas tiene mención en el planteamiento del ministerio. Luengo reclamó «la defensa de la ganadería con baja o nula tierra asociada».