Cuando María Dueñas (Puertollano, 1964) se sentó frente al ordenador para escribir su primera novela, El tiempo entre costuras (2009), lo hizo, no como un hobby, sino casi como una disciplina académica. Por aquel entonces, la autora manchega ya llevaba unos años como profesora titular de Filología Inglesa en la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia –puesto al que accedió tras un temporada impartiendo clase en la base aérea de Los Alcázares–, y el pedregoso camino que debía recorrer para convertirse en catedrática no colmaba sus aspiraciones profesionales. Quería algo nuevo, un reto, y se lanzó al folio en blanco. El resto, como suele decirse, es historia.

De aquello han pasado ya más de doce años, y en el camino hasta la publicación de Sira (2021), continuación de aquel sensacional debut, ha firmado tres libros más (Misión Olvido, 2012; La templanza, 2015, y Las hijas del capitán, 2018), que ha alcanzado cifras de ventas millonarias –como pocos autores en nuestro país han logrado jamás– y se ha embarcado en un buen puñado de exitosos proyectos audiovisuales (todas sus obras se han adaptado o se adaptarán a la gran o a la pequeña pantalla, e incluso ha habido ya algún contacto por su última novela, con poco más de dos meses en el mercado). Y sin embargo, y pese a que hace tiempo que dejó su plaza en la UMU y a que sus compromisos profesionales la obligan a pasar mucho tiempo fuera de casa –en ocasiones, al otro lado del charco–, la bestseller manchega no ha movido su residencia habitual de Cartagena, a donde llegó en los convulsos noventa que Luis López Carrasco retrató en su aclamado documental El año del descubrimiento (2020).

Pero Cartagena, como Dueñas y como Sira, ha cambiado mucho desde entonces. El centro ha sufrido un importante lavado de cara y el puerto ha ganado presencia en el día a día de la ciudad; y el mar y su luz han resultado una fuente de inspiración para la escritora, que, sin pretenderlo siquiera –reconoce no ser «muy dada a los hondos sentimientos locales, regionales o identitarios»–, se ha convertido en una embajadora global para el municipio. «Ha conseguido que nos sintamos orgullosos de nuestra tierra. Nos abre los ojos a cosas de Cartagena que es capaz de apreciar antes que nosotros mismos», subrayaba hace unos días la alcaldesa Noelia Arroyo después de que la Junta de Gobierno aprobara el nombramiento de la popular autora como Hija Adoptiva de la ciudad. «Lo agradezco enormemente y espero honrar ese reconocimiento. Desde que pisé por primera vez la Región, hace ya muchos años, siempre me he sentido muy a gusto. Tengo mucho que agradecer a esta tierra estupenda», apunta Dueñas en palabras para La Opinión.

Y es que la puertollanense siempre es bien recibida cuando pisa esta comunidad, sea junto al mar o en el interior. Con motivo de la gira promocional de Sira, que todavía la tiene «muy liada» –con algún viaje pendiente y numerosos encuentros en remoto para América Latina–, hace poco más de un mes regresó a la Facultad de Letras en el Campus de La Merced para presentar su nuevo libro. «Fue una visita muy agradable. Aunque por limites de aforo la presencia real no pudo ser muy numerosa, sí que pude reencontrarme con algunos antiguos compañeros, profesores y hasta con algunos alumnos; muchos otros lo siguieron en streaming. Fue un acto muy entrañable, y todo un honor ser invitada por mi antigua universidad después de tantos años», asegura Dueñas, que guarda un gran recuerdo de su paso por la UMU. «Hace ya más de una década desde que me fui, pero todavía conservo de aquellos años enseñanzas y valores que me han resultado valiosísimos en mi carrera literaria», desvela la autora, que confiesa que, «más que la docencia y las aulas», a veces sigue echando de menos el trabajo en equipo, «el tener colegas con los que compartir proyectos y objetivos comunes, ilusiones y hasta incertidumbres». «La vida de escritora –añade– es mucho más solitaria y autónoma... Algunas mañanas incluso añoro aquellos cafés con mis compañeros en el viejo Ipanema».

La vida de María Dueñas, no obstante, ahora es completamente distinta a la de aquella doctora en Filología Inglesa que un día decidió abordar el folio en blanco. En vez de entre exámenes, prácticas y diapositivas, ahora está pendiente del estreno en Amazon Audible de una audioficción a la que ella aporta el guion –«algo muy distinto y divertido–, de la adaptación de Las hijas del capitán y de un proyecto de series originales para Univisión, la gran cadena norteamericana de emisiones en español. «Todo eso me va a tener ocupada en los próximos meses, y será a su término cuando me centre en una nueva novela», apunta la escritora superventas, que seguro que para entonces sigue batiendo récords y haciendo –casi sin pretenderlo– de embajadora murciana por el mundo.