Medio ambiente

Implicación de las empresas para restaurar terrenos naturales propios

El Consejo Económico y Social cree conveniente que las compañías se comprometan con la gestión y conservación ambiental de sus propiedades mediante iniciativas de custodia del territorio

Recogida de basura y plásticos en el entorno del Carmolí.

Recogida de basura y plásticos en el entorno del Carmolí. / IVÁN URQUÍZAR

A. Sánchez/EFE

Mayor implicación de las empresas de la Región de Murcia para lograr una conservación ambiental adecuada de sus terrenos, así como de los alrededores. El Consejo Económico y Social ve conveniente que los agente económicos se impliquen en la gestión, restauración y conservación de la naturaleza con intervenciones en sus propiedades o en los entornos de las instalaciones para proteger los recursos naturales, culturales y paisajísticos. Para lograr este fin, el CES apuesta por los acuerdos de Custodia del Territorio, que consiste en un conjunto de estrategias e instrumentos que pretenden implicar a los propietarios y usuarios del territorio en la conservación y el buen uso de los valores medioambientales.

Las iniciativas de Custodia más habituales son los ‘Acuerdos de Custodia’ que propietarios privados alcanzan con asociaciones conservacionistas para realizar acciones de conservación en los terrenos privados. En la Región de Murcia hay firmados un total de 495 acuerdos de custodia con diez entidades, obteniéndose una superficie gestionada de este modo de 10.433 ha, lo que representa algo menos de un 1 % de la superficie de la Región.

Herminio Picazo, biólogo doctor por la Universidad de Murcia, presentó ayer su cuaderno ‘Patriotismo natural y biodiversidad en la Región de Murcia: Situación Actual y Perspectivas’ donde remarcó, entre otros asuntos, que la biodiversidad y el patrimonio natural del Mar Menor, «lejos de responder a los criterios que se esperan de un espacio protegido, sufre de una situación ambiental que ha mostrado en los últimos años indicadores muy preocupantes». El biólogo ha recordado que la comunidad científica ha venido señalando que las causas de la crisis del ecosistema están relacionadas con la entrada continuada, desde hace décadas, de flujos de materia orgánica procedentes de la actividad agraria y agropecuaria del Campo de Cartagena.

Además, remarcó la contribución de carga contaminante procedente de diferentes actividades alrededor de la laguna, como aguas residuales urbanas (suprimidas prácticamente en la actualidad, salvo en episodios puntuales de vertidos y de lluvias torrenciales), y lixiviados de la minería (actualmente sin actividad, pero cuyos residuos aún siguen en los suelos de las zonas de escorrentía que desembocan en el Mar Menor).

Para Picazo, en la conciencia social de la Región de Murcia se ha extendido con mucha intensidad la evidencia, ya manifestada años atrás por sectores científicos y ambientalistas, de que las condiciones ecológicas del Mar Menor «se encuentran en una situación de crisis que es necesario resolver a la mayor urgencia».

El cuaderno ha indicado que las situaciones de crisis ecosistémica, como la del Mar Menor, vienen a reforzar la importancia de la conservación de la naturaleza para los objetivos regionales de desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, muy diversas oportunidades basadas en la biodiversidad y el patrimonio natural, como las tendencias a la producción ecológica, vienen a mostrar opciones de desarrollo local de alta compatibilidad con la conservación del patrimonio natural.

Este informe para el CESRM aborda el patrimonio natural y la biodiversidad desde una perspectiva actualizada, incluyendo los avances y los retos prioritarios de una temática que, «sin duda, ya forma parte de las principales preocupaciones sociales y políticas para el desarrollo sostenible de la Región de Murcia».