Iberdrola aceleró su respuesta a los retos de la transición energética, en un contexto sin precedentes, así como la marcha de todas sus actividades, que se vieron impulsadas por un récord histórico de inversiones, que alcanzaron los 9.246 millones de euros en 2020 y fueron un 13% superiores a las del ejercicio anterior. El 91% de este volumen se destinó al desarrollo de nuevos proyectos renovables y redes eléctricas para acelerar la recuperación, en línea con la estrategia del grupo.

Los progresos registrados en todas las actividades situaron el beneficio bruto de explotación (EBITDA) subyacente en 10.715 millones de euros en 2020 (+8%), si se excluye el impacto de 218 millones de la covid-19 y el efecto del tipo de cambio, que ha sido de 487 millones de euros. Por negocios, el 75% del importe total procede de áreas reguladas (redes) y renovables, mientras que, por geografías, un 76% proviene de países con rating A. La eólica marina aporta 585 millones de euros en este capítulo, tras crecer un 72%.

El esfuerzo inversor, que batió records, y la evolución operativa, impulsó el beneficio neto del grupo en 2020 hasta los 3.610,7 millones de euros, un 4,2% más. El crecimiento sería del 10%, si se excluye el impacto de la covid-19, que fue de 238 millones de euros durante el ejercicio. En 2021, la compañía estima alcanzar un beneficio neto de entre 3.700 y 3.800 millones de euros.

Pese al contexto complejo de la pandemia, la compañía instaló 4.000 nuevos megavatios (MW) en los últimos 12 meses -casi 3.000 MW renovables en 2020- y alcanzó los 35.000 MW de capacidad instalada renovable. Como consecuencia, las emisiones de Iberdrola se han reducido un 11% en 2020, hasta situarse en 98 grCO2/kWh y confirman su compromiso de convertirse en una compañía neutra en carbono en Europa en 2030. En 2020, sus emisiones son entre la mitad y casi tres veces inferiores a las de dos de sus principales competidores mundiales.

Durante el ejercicio, la eólica marina se confirmó como uno de los vectores de crecimiento del grupo: cuenta con 1,3 GW instalados y la triplicará con la construcción en la actualidad de 2,6 GW, sin costes de emplazamiento. La cartera actual de esta tecnología suma 19 GW, de los que 9 GW están listos para su construcción y 10 GW previstos para su desarrollo en Suecia, Japón, Polonia e Irlanda. En 2020, los proyectos eólicos marinos contribuyeron al EBITDA con 585 millones de euros, tras crecer un 72%; aportación que ascenderá hasta los 2.300 millones de euros en 2030.

Por mercados, la peor evolución en España ha sido compensada por el crecimiento internacional, que aporta ya dos tercios del EBITDA. La demanda eléctrica en la Península Ibérica disminuyó un 5,1% condicionada por la crisis de la COVID-19. Iberdrola en España redujo su EBITDA un 5% y un 13% su beneficio neto en 2020. Pese a esta evolución, las inversiones aumentan un 21%, hasta 2.100 millones de euros, como reflejo de la apuesta por la recuperación verde en el país.