Sacar agua subterránea del acuífero Cuaternario del Campo de Cartagena podría solucionar la contaminación del Mar Menor, según afirma José Luis García Aróstegui, hidrogeólogo científico del IGME, profesor de la Universidad de Murcia y uno de los expertos que ha avalado el Anillo Protector Ambiental de Fundación Ingenio para recuperar el Mar Menor.

«El bombeo de agua subterránea y la desnitrificación del agua ex situ es la medida más eficaz en el corto plazo para descontaminar el acuífero del Campo de Cartagena y evitar vertidos contaminantes al Mar Menor», dice Aróstegui.

El experto considera que, para que esta medida sea eficaz, es necesario «precisar el volumen de bombeo y su distribución espacial», para establecer la descarga sostenible al Mar Menor, que sería confirmada «por un descenso de niveles de agua subterránea, que actualmente no se observa».

Asimismo, el hidrogeólogo ha abogado por «minimizar el aporte de contaminantes al acuífero», pero ha admitido que la masa ya almacenada es de tal calibre que «sólo se observarán reducciones de los contenidos en nitratos a medio-largo plazo».

El problema de los nitratos

Según Aróstegui, la contaminación por nitratos es el principal problema cualitativo que tiene el acuífero del Campo de Cartagena y afecta sobre todo al Cuaternario. «Hay que tener en cuenta que la contaminación de las aguas subterráneas como resultado de los fertilizantes nitrogenados es un problema en muchos lugares de Europa», ha señalado.

«Los elevados niveles de nitratos tienen efectos sobre el ecosistema, los cauces superficiales y humedales en general pero no cabría atribuir problemas relacionados con la salud humana en esta zona, puesto que el agua no se consume, en principio», precisa al respecto.

A ese respecto, el científico del IGME ha recordado que existen «multitud de actividades potencialmente contaminantes» de las aguas subterráneas y que afectan al acuífero Cuaternario.

«Entre las más significativas están las actividades de origen agrario, ganadero, urbano y minero en la zona sur», ha especificado.

Además, la contaminación de los acuíferos es un «fenómeno lento» que tarda en manifestarse. «A veces no es fácil detectarlo, por lo que la descontaminación suele ser también lenta, costosa y, a veces, inviable o imposible desde el punto de vista técnico o económico», ha puntualizado.

Precisamente es en este contexto en el que se enmarca la reivindicación de la ejecución de las obras previstas en el plan Vertido Cero, competencia del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.