La hasta ahora consejera de Transparencia, Participación y Administración Pública, Beatriz Ballesteros, presentó su dimisión este jueves después de una semana de encontronazos con la dirección de Ciudadanos, el partido que le ofreció el puesto como independiente tras las elecciones autonómicas de 2019. La magistrada, que no ha llegado a afiliarse por su condición de juez, ha considerado que no tenía el apoyo del partido y este jueves envió una carta al presidente del Gobierno regional, Fernando López Miras, explicándole los motivos de su renuncia. Después se despidió de sus compañeros del Consejo de Gobierno. Ahora se reicorporará a su plaza de magistrada en la Audiencia Provincial de Valencia.

La decisión de Beatriz Ballesteros se produce dos días después de que la coordinadora de Ciudadanos en la Región y portavoz del Ejecutivo regional, Ana Martínez Vidal, diera por finiquitado el actual equipo de consejeros de Cs en unas declaraciones a La Opinión.

En su carta de despedida a López Miras, la propia Ballesteros explicaba que «en los últimos días se ha producido una serie de circunstancias que hacen inviable otra salida que no sea esta decisión que te traslado».

Tal y como ratificó este mismo jueves en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Martínez Vidal dejaba claro que tiene intención de cambiar a los actuales consejeros y de modificar el reparto de competencias entre las cuatro carteras asignadas a la formación naranja en el acuerdo de coalición con el PP.

«Tenemos previsto hacer cambios en la línea de los que ya han tenido lugar a nivel orgánico», afirmó a esta Redacción Martínez Vidal al día siguiente de las elecciones catalanas.

La máxima responsables de Ciudadanos en la Región avanzó también que su objetivo era «un equipo con ADN cien por cien Ciudadanos, defensores de nuestros valores liberales y de centro».

Aunque la ya exconsejera de Transparencia hubiera podido sentirse señalada por haberse mantenido como independiente dentro del Gobierno regional, las tensiones con Martínez Vidal y con la dirección de Cs ya venían de lejos y tenían precedentes.

El distanciamiento con el partido que la propuso como consejera quedó patente la semana pasada, cuando Beatriz Ballesteros retiró la reforma del Código Ético que debía endurecer las normas éticas a las que están sujetos los altos cargos del Ejecutivo para reprobar la actuación de los responsables de la Consejería de Salud vacunados antes de tiempo, tal y como informó La Opinión.

Después de haber enviado el documento con el nuevo texto a la comisión de secretarios generales encargada de elaborar el orden del día del Consejo de Gobierno para que fuese aprobado el jueves de la semana pasada, la consejera retiró la reforma tras recibir la visita del dirigente del PP Enrique Ujaldón.

La dirección de Ciudadanos reprochó al PP sus «presiones» a la responsable de Transparencia y dejó claro que consideraba una injerencia la intervención del representante popular.

Cuando La Opinión preguntó el pasado jueves sobre los motivos de la retirada, Beatriz Ballesteros respondió que había decidido someter las nuevas pautas éticas exigibles a los altos cargos en el ámbito sanitario a «una consulta ciudadana» incluyéndola dentro de la encuesta que va a realizar la Consejería a 9.265 funcionarios de la Comunidad y a la sociedad murciana para elaborar el llamado Mapa de la Corrupción.

Esa misma tarde, antes de que llegara a publicarse la información sobre el bloqueo del PP al endurecimiento del Código Ético para salvar a los altos cargos vacunados, Transparencia hizo público un comunicado en el que expresaba su propósito de «abrir a la ciudadanía la posibilidad de enriquecer un documento de obligado cumplimiento moral para cualquier cargo público».

Ballesteros desafiaba así a la dirección de Ciudadanos apenas unas horas antes de que los diputados del PSOE, Podemos y Vox que habían solicitado ver los nombres de los altos cargos de la Consejería de Salud vacunados acudieran a la sede de la Ronda de Levante para buscarlos entre los listados de los 52.000 murcianos que les facilitó el Departamento de Juan José Pedreño.

Pese al aplazamiento del Código Ético, su decisión no sirvió para salvar a los altos cargos del equipo del exconsejero Manuel Villegas vacunados antes de tiempo, cuyos nombres fueron publicados el sábado, aunque eran un secreto a voces, y al menos tres de ellos ya han sido relevados.

Sin embargo, la consejera se va unos días después de presentar junto al rector de la Universidad de Murcia, José Luján, la Cátedra del Bueno Gobierno e Integridad Pública, que no cuenta con el beneplácito del PP.

Ballesteros ha pasado casi desapercibida en el Gobierno, aunque tuvo estreno accidentado a causa de la DANA de septiembre de 2019, que provocó las mayores inundaciones conocidas en los últimos 80 años. En plena riada tuvo que cesar a su primer director general de Seguridad Ciudadana y Emergencias, Pablo Ruiz Palacios, que dejó el puesto de mando del 112 para irse al teatro.