Actuación de urgencia en el Mar Menor para salvar a las poblaciones de nacras. El impacto del tránsito de embarcaciones de recreo en la laguna salada está mermando este ejemplar que ha encontrado un refugio en este ecosistema marino. Las anclas y cadenas de fondeo de estas embarcaciones producen un impacto negativo sobre los fondos marinos por arrastre y erosión. Este efecto se debe limitar en los fondos más sensibles de la laguna ya que ocasiona la destrucción de paderas marinas de Caulerpa y Cymodocea, y provocan la rotura y el arranque del suelo de los ejemplares de Pinna nobilis, es decir, las nacras.

Es por ello que la Consejería de Medio Ambiente tiene previsto balizar las islas del Barón y La Perdiguera, zonas de especial conservación prioritaria que están reguladas por el Plan de Gestión Integral de los Espacios Protegidos del Mar Menor y la Franja Litoral Mediterránea de la Región de Murcia. Entre los años 2016 y 2019 diferentes instituciones científicas dedicadas al estudio y conservación de la nacra han constatado el declive de la especie en el Mar Menor, y más concretamente en los alrededores de estas dos islas.

Los trabajos consistirán en la instalación de sistemas de balizamiento a 300 metros de la línea de bajamar de las islas, con el fin de regular la navegación y el fondeo en la proximidad de las Islas y así proteger Zonas de Conservación Prioritaria. Las boyas se colocarán a una distancia máxima entre ellas de 200 metros. Se colocarán un total de 19 boyas en el entorno de la isla Perdiguera y un total de 27 en isla Mayor o del Barón, además de una boya cardinal Este en la zona del seco que se produce en esta última isla. Todos los anclajes empleados serán ecológicos, apunta Medio Ambiente.

Esta delimitación protegerá en la isla Perdiguera un área de aproximadamente 114 hectáreas y dibujará una línea de 3.930 metros. En el caso de la isla del Barón será una línea de 5.380 metros y un área aproximada de 221 hectáreas.

El proyecto se encuentra en información pública ya que ocupa espacio del Dominio Público Marítimo y Terrestre, por lo que debe pasar por manos del Ministerio para la Transición Ecológica. Precisamente este organismo formó un grupo de trabajo entre distintas comunidades autónomas del mediterráneo español con presencia en sus aguas de esta especie en situación crítica. Entre las medidas planteadas se propuso el balizamiento en las zonas donde se hallaran importantes poblaciones de nacras.

El presupuesto para la instalación de las boyas rondaría los 50.000 euros, según las previsiones de la Consejería.