El porcentaje de personas de 18 a 24 años que no había completado en 2020 la segunda etapa de Educación Secundaria (FP de Grado Medio, Básica o Bachillerato) y no seguía ningún tipo de formación en la Región de Murcia se situaba en el 18,7%, cinco puntos menos que hace dos años y cuatro con respecto a 2019. Los datos, que corresponden a los índices de abandono temprano de la educación que publica el Instituto Nacional de Estadística, reflejan además que la población de entre 30 y 34 años con nivel de educación superior llega al 39,7% en la comunidad, la cifra más alta en los últimos cinco años.

Las cifras a nivel regional son positivas, pero si las comparamos con el resto de comunidades, muestran una diferencia que refleja que queda trabajo por hacer. Murcia es la sexta autonomía que más porcentaje de alumnos tiene que no ha continuado estudiando más allá de las etapas obligatorias de enseñanza. El Ministerio de Educación refleja que Castilla y León, la Comunidad Valenciana, Cataluña, Canarias, Extremadura, Murcia y Castilla-La Mancha obtienen tasas entre el 15% y el 20%.

La Unión Europea marcó para España una meta con el objetivo de reducir esa tasa de abandono. Ese umbral lo fijó en un 15% debido a que el país partía de unas cifras elevadas y el año pasado se ha quedado a un punto la media nacional en el porcentaje de abandono escolar, en un 16%, 1,24 puntos menos que el año anterior. La reducción está asociada al incremento en 1,5 puntos en la proporción de población que ha alcanzado el nivel de formación en la segunda etapa de Secundaria.

La Región, por su parte, se queda a tres puntos del umbral marcado por la Unión Europea. Un objetivo que cumple es el del abandono entre las mujeres, cuya cifra cae al 14,5%. La Consejería de Educación destaca que el descenso en el porcentaje de alumnos que no cursan el Bachillerato o Formación Profesional es el mayor de España en el último año. « Esta disminución casi alcanza el 50% tomando como referencia 2010, cuando el 34,9% de los alumnos abandonaban los estudios sin obtener el título de Bachiller o FP».

La Consejería achaca estos éxitos a la concesión de subvenciones a los ayuntamientos para la contratación de técnicos especializados en esta materia, la puesta en marcha del Plan de Acción para la Mejora de los Centros Educativos, el impulso de programas de refuerzo curricular o programas de aprendizaje integral y el apoyo decidido a los centros de Atención Educativa Preferente, además de la promoción de la formación profesional básica.