Cacerola en mano, sin pancartas conjuntas y manteniendo la distancia de seguridad. Así era la concentración de hosteleros que tenía lugar ayer por la mañana en la puerta de la Asamblea Regional de Cartagena.

Un centenar de empresarios y empleados del sector de la hostelería se plantaban frente al Parlamento regional como protesta ante en cierre de bares y restaurantes en el municipio.

Sin embargo, en esta ocasión los hosteleros no se han limitado a pedir un plan de rescate regional y nacional o la reapertura de sus negocios tal y como hicieron la semana pasada. Con la intención de mostrar «la cruda realidad» de la situación a la que se enfrentan «miles de familias cartageneras», los empresarios han decidido depositar frente a la Asamblea Regional las facturas (a las que no pueden hacer frente) y las llaves de sus locales, que no podrán abrir si el cierre se prolonga mucho más en el tiempo.

«A ver si así los políticos actúan de una vez», reclamaba, megáfono en mano, Rafael Candel, secretario de Hostecar. Los empresarios fueron depositando uno a uno sus documentos, distribuidos en varios recipientes. Cuatro cajas en las que se podían leer los siguientes mensajes: ´impuestos, seguridad social y hacienda', ´alquileres y suministros', ´facturas pendientes' y ´llaves de nuestros negocios'. Finalmente, procedían a vaciar todo su contenido frente a las puertas de la Asamblea.

Hasta el momento, más de un centenar de bares han echado la persiana de manera definitiva en el municipio de Cartagena según los cálculos de Hostecar, aunque advierten que esta cifra puede incrementarse hasta los 350 si no reciben ayudas de las administraciones o reabren sus negocios.

El presidente de la patronal, Juan José López, asegura que «el sector tiene que sobrevivir como sea, con trabajo o con ayudas». Sin embargo, lamenta que «a pesar de que ya llevamos diecinueve días cerrados, seguimos en una agonía y una incertidumbre constante, sin saber cuándo podremos reabrir nuestro negocios ni si se está estudiando la posibilidad de recibir ayudas directas por parte de la Región de Murcia ni del Gobierno de España».

«En un punto límite»

La patronal advierte que Cartagena está «en un punto límite» y que el cierre está afectando a nivel personal a todas las familias que dependen de este sector: «autónomos, camareros y proveedores, que llevan casi un año sin trabajar al 100% y que no van a poder aguantar mucho más», insiste Juan José López.

Aunque estaba previsto que la protesta del sector hostelero de Cartagena coincidiera con la comparecencia del presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, en el día de ayer finalmente no hubo Pleno en el Parlamento autonómico y el jefe del Ejecutivo no apareció.

Los empresarios advierten de que, si de aquí al 10 de febrero, fecha en la que finalmente se celebrará el acto tras un cambio de última hora en la agenda parlamentaria, no cambia nada, «volveremos aquí, a la puerta de la Asamblea a reclamar nuestro derecho al trabajo y ayudas para el sector», insisten desde la patronal.