Los trabajadores de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Morales Meseguer de Murcia han denunciado que, ante el «posible cierre inmediato de la Unidad de Hospitalización de Agudos del Hospital Román Alberca de El Palmar», no van a poder acoger a los pacientes que sean derivados desde otras áreas de salud de la Región hasta el hospital de la capital.

En un escrito dirigido a la gerencia del Morales Meseguer, estos trabajadores indican que ya sufren «dificultades» para poder ingresar a los pacientes del área de Salud por «falta de camas en la unidad», por lo que resultaría «imposible afrontar los nuevos ingresos de los pacientes del Área V (Altiplano), que cuenta con una población estimada de 60.000 habitantes».

Fuentes de la Consejería de Salud señalaron que la población de las Áreas de Salud IV (Noroeste) y V «van a poder ingresar en hospitales generales, al igual que el resto de la población».

En este sentido, desde la Consejería indican que, como consecuencia de ello, las personas que se iban al Hospital Román Alberca se trasladarán ahora a los hospitales Morales Meseguer y Virgen de la Arrixaca. Asimismo precisan que Salud «habilitará las camas y recursos que sean necesarios» y que con esta medida «se da cumplimiento a la Ley General de Sanidad, que establece que toda patología aguda será tratada en hospitales generales».

Los psiquiatras continúan el escrito defendiendo que en el caso de los pacientes ´ectópicos -aquellos que ingresan fuera de la unidad cuando no se dispone de camas y no ha sido posible derivarlos al Román Alberca o por otras circunstancias- «no siempre hay camas disponibles en el hospital» y dependiendo de las características clínicas del paciente no estaría indicado este tipo de ingreso, «lo que podría suponer adoptar medidas de contención que no serían necesarias si estuvieran ingresados en la Unidad con personal especializado, situaciones que ya hemos experimentado en otras ocasiones».

El texto continúa asegurando que el ingreso ´ectópico´ implica un acompañamiento familiar permanente, que «no siempre es posible» y, dependiendo de la psicopatología del paciente, puede generar «consecuencias negativas».

Para estos psiquiatras, el tratamiento multidisciplinar y especializado en salud mental que se ha ido desarrollando tanto a nivel comunitario como en las unidades de hospitalización de Psiquiatría «ha supuesto un beneficio importante en la atención del paciente», de manera que el aumento indiscriminado de pacientes ingresados ´ectópicos´ sin una adecuada planificación y organización tanto del personal como del espacio supondría «un retroceso asistencial».

Ante la «falta de camas previsible» cuando tengan que atender a más pacientes, estos tendrían que permanecer «en camas de observación en espera de ingreso, no siendo el lugar apropiado para la adecuada atención del paciente durante un tiempo prolongado y generar una sobrecarga para este servicio». Otro posible escenario, barajan, sería el de dar altas «precipitadas sin una adecuada estabilidad clínica», con las consecuencias «negativas» que pudieran derivarse.

Por todos estos motivos, temen que se produzca un «empeoramiento en la calidad asistencial en urgencias» y durante la hospitalización del usuario que lo requiera, así como una «saturación de los servicios implicados, sin tener en cuenta el ya deficitario espacio de la Unidad de Psiquiatría», denuncian.