Eran poco después de las siete y veinte de la mañana cuando varias llamadas alertaban a la Policía de Cartagena y al 112: distintas personas habían visto a un hombre caminando por la A-30. Este individuo, indicaban los testigos, vestía un pijama de hospital, por lo que temían que se tratase de un paciente que se hallase desorientado e incluso se hubiese escapado de un centro.

Inmediatamente se alertó de lo que pasaba a la Guardia Civil de Tráfico. El hombre, según los datos aportados por los llamantes, caminaba por la carretera en dirección Alicante, a la altura de Roche y luego los Los Camachos.

Los agentes se movilizaron al lugar indicado y dieron con el hombre que, efectivamente, iba andando por la autovía. Él les explicó que le acababan de dar el alta de un hospital de Cartagena y que no tenía a nadie que lo recogiese, por lo que había echado a andar.

La Benemérita explicó al hombre, vecino de Los Alcázares y sin antecedentes, que no podía transitar por la autovía. Él obedeció y el asunto quedó cerrado.