«¿Tú sabes cuántos vuelos había hoy? Cero. Y ayer había uno, que se puso el piloto malo». Es lo que aseguraba un trabajador del aeródromo de Corvera, este jueves al mediodía, cuando esta instalación se encontraba a pleno funcionamiento, como consecuencia de lo que acontecía en la vecina provincia de Alicante: había un incendio en su aeropuerto.

Así las cosas, a Murcia se movieron un total de 48 operaciones aéreas, de las compañías Norwegian, Ryanair, jet2 y easyJet.

Cuando empezó el fuego en El Altet, cuyo origen sigue siendo un misterio, el caos se adueñó del aeropuerto y de sus alrededores. El área de embarque se convirtió en una zona de alta tensión, donde se vivieron escenas de desconcierto y preocupación. Incluso se produjeron algunas carreras forzadas por la Policía para desalojar cuanto antes la terminal. Así las cosas, no podían volar los aviones. Que acabaron en la Región.

Lo que ocurrió es que los pasajeros no pretendían llegar a Murcia. Su destino era Alicante. Concretamente, según coincidían ayer al aterrizar en Corvera, sus playas, a las cuales tuvieron que llegar por autobús. Muchos de los pasajeros que aterrizaban en Corvera no sabían lo que era Corvera, y seis de ellos, desorientados, trataban de buscar un taxi donde pudiesen viajar todos para llegar a Benidorm. Algunas aerolíneas dijeron a los viajeros que se desplazaran por su cuenta y luego les abonarían el billete.

La mayoría de estos viajeros eran ingleses y no entienden el español. El aeropuerto, hoy abierto exactamente hace un año y un día, parecía funcionar a pleno funcionamiento.

«Tenemos que ir a Murcia, queremos que nos lleven de la estación de autobuses a Murcia y no lo hacen», chapurreaba en castellano un pasajero que había llegado desde Londres y se ponía, equivocadamente, en la fila de personas que van a coger el bus a la provincia vecina. «Tenemos que ir a Murcia, queremos que nos lleven de la estación de autobuses a Murcia y no lo hacen», chapurreaba en castellano un pasajero que había llegado desde Londres y se ponía, equivocadamente, en la fila de personas que van a coger el bus a la provincia vecina. «Nosotros ofrecemos autobús a Alicante, no a Murcia. Si quieren ir a Murcia, tienen que coger taxi o autobús público», le explicaba al pasajero despistado un empleado de Ryanair. Al final, este hombre, maleta a cuestas, optaba por coger un taxi.

Y nadie podrá reclamar nada: el fuego es considerado como una «causa de fuerza mayor», por lo que no es posible solicitar una compensación económica.

También había colas en la cafetería, para tomar un refrigerio entre viaje y viaje. Y colas en los mostradores, y en el stand de easyJet y de Ryanair. «No se ha visto nunca tanta gente en este aeropuerto, nunca hemos tenido tanto trabajo», dice un empleado, echando un cigarro con un compañero. «Ahora es cuando está esto vivo», responde su interlocutor, tras una calada.

«Cuánto vuelo, cuánta gente, qué maravilla», afirmaba un trabajador de una empresa de alquiler de vehículos del aeródromo murciano, que, a su juicio, este jueves era «un aeropuerto en condiciones». «Si tuviéramos esto todos los días, Murcia crecería que no veas», manifestaba.

«Está siendo muy fluido, con refuerzo de servicios y coordinación con las compañías aéreas. Ahora mismo hay cuarenta operaciones programadas, todas del tema de Alicante», indicaba, a pie de pista en Corvera, una portavoz de Aena, que destacaba la «normalidad» existente.

«Todo perfecto», chapurreaba un irlandés, que volvía a su Cork natal procedente de Guardamar (Alicante) y aguardaba ayer en la terminal de Corvera acompañado por su perra, Betsy.