Las políticas comunitarias encaminadas a lograr los objetivos de reducción de la contaminación, especialmente el mercado de emisiones de , está dando el resultado que buscaba Bruselas: encarecer las energías fósiles y ofrecer un incentivo económico para invertir en renovables. Según los expertos, un precio de la luz en el mercado mayorista por encima de los 60 euros el MWh (megavatio-hora) debería ser un mecanismo suficiente para que las tecnologías renovables incrementaran sus instalaciones y compitieran con las energías fósiles. Pero mientras se desarrollan nuevas instalaciones de energías renovables, el precio de las emisiones de (con la subida del 224 % en un año) y del gas han disparado el coste de la electricidad, según la consultora energética ASE.

La clave es que los precios de casación en el mercado mayorista los están marcando las plantas térmicas de gas y carbón, que en estos momento representa el 24,1% del mix energético español. En este mes de agosto, el precio en el mercado mayorista está por encima de los sesenta euros el MWh (el día 6 marcó el máximo con 68,51 euros el MWh). Esto supone que el coste está siendo «un 24% más caro que la media de los últimos cinco años (47,13 MWh). Detrás de esta tendencia están los precios de casación del gas y el carbón, muy elevados», insisten los analistas de ASE. Al margen de cuánto estén produciendo las plantas térmicas de carbón, lo que es significativo es el cambio de precio. En junio de 2017 ofrecían su energía a precios muy competitivos (45 euros el MWh), pero este año sale a niveles de 55 euros el MWh.

El problema de fondo es que el carbón no solo ofrece la energía térmica a un coste caro sino que ha incrementado el techo de las renovables. Estas tecnologías limpias «han subido también diez euros el MWh sus ofertas, aprovechando la oportunidad que les ofrece el mercado. Además, la hidráulica controla su flujo de producción para obtener al máximo la rentabilidad», según la consultora ASE.