Los datos que maneja la Fiscalía de Menores de la Región indican que la violencia ejercida de hijos a padres no se ha incrementado de forma exagerada en los últimos tiempos, aunque admiten que sigue vigente.

En las casos de violencia doméstica (menores que agreden a sus familiares, con los que conviven en el hogar), y si así lo estiman los profesionales, se plantea la opción de convivencia con grupo educativo. El fiscal del Menor José Antonio Ródenas explicó que se trata de poner en marcha una convivencia en un centro abierto, donde los chicos viven con otros menores que están acusados del mismo delito. Allí «trabajan con educadores y psicólogos», manifestó. «El objetivo es que el menor vuelva a casa», resaltó, aunque admitió que en algunos casos los chicos reinciden.

El fiscal tiene claro que «menores conflictivos en el ámbito familiar va a haber siempre».

La casa donde se ponen en marcha las convivencias con grupo educativo está en la zona de Altorreal, en Molina de Segura. Su nombre es Los Pinos.