La Comunidad Autónoma de Murcia será la primera en declarar la Fiesta de Toros BIC. O debería serlo, que para eso tiene sobre la mesa de la consejería de Cultura la propuesta del Club Taurino de Murcia desde el 31 de octubre de 2009, mientras que, Madrid primero y Valencia después, acaban de empezar con los trámites. Murcia está en una situación de privilegio porque ese camino ya está andado aquí. Sólo falta recibir el dictamen de la Universidad, la Academia Alfonso X y de Bellas Artes de la Región de Murcia -tan a todas luces favorable, como absurdo el debate entre pros y antis en el Parlament de Cataluña si la finalidad es prohibir la Fiesta de Toros por Española-, para que el hecho cultural que supone el Toreo esté aquí a salvo.

POLÍTICA. "Esta cuestión no debe ni puede ser politizada" (María Teresa Fernández de la Vega, Vicepresidenta Primera del Gobierno). "Que no se politice el debate de los toros. Que no se utilice para sacar un voto. Algún movimiento de última hora tiene más que ver con la política que con el debate" (Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro de Interior). "Los políticos deben dejar la Fiesta en paz" (José María Barreda, Presidente de Castilla La Mancha)…

Los políticos del PSOE piden que no se politice un problema -el del toro en Cataluña- parido por puro interés político. El ecologismo -mal entendido o parcial-, el animalismo, la sensibilidad que impide a una persona presenciar una corrida de toros, nada tuvieron que ver en el embrión de este asunto. Nació por separatismo, por cargarse un icono de lo español. Primero los toros; después la bandera. Así que no pidan que no se politice el tema porque ellos lo ampararon por necesidad política, por exigencia de los votos prestados en Cataluña, porque no tenían más remedio que ceder en determinadas cuestiones y, entonces, al toro, lo hicieron de menos y lo entregaron como moneda de cambio. Sí es una cuestión política. Y los políticos, aficionados o no, de un partido u otro, pero con sentido de la responsabilidad sobre un innegable hecho cultural, van a defender el Toreo con las armas que la misma política les ofrece.

DEBATE. Del debate en el Parlament sobre ILP que pretende prohibir los toros en Cataluña: "Hay un argumento que dice que las corridas de toros son tradicionales. Pero también era tradición el maltrato a las mujeres en España o el secuestro en Colombia. El trato que se le da a un toro es similar a torturar a un anciano o a un niño. Es inmoral e inculto" (Jesús Mosterín, filósofo). "La Tauromaquia está tan falta de ética y es tan perversa como la esclavitud" (Nuria Querol, médica y bióloga). "Los toros pertenecen a todos aquellos, como las mujeres, que han sido maltratados" (Josep María Terricabras, filósofo).

Desde el momento en que se compara la lidia de un toro con el maltrato físico a un humano, o se cataloga de tradicional el secuestro en Colombia, el debate sobre la justificación ética del toreo carece de sentido. Si no sabemos distinguir entre tradición y delito, o entre tortura y lucha, no merece la pena seguir dando argumentos. Si se tacha de inmorales a personas rectas, de ejemplar comportamiento social, por el hecho de que le guste un espectáculo en el que se respeta la naturaleza del toro, sin que nadie nos dé el derecho de escandalizarnos, es preferible dejarlo estar. No hay debate posible. Sólo argumentos que convencen a unos e insultos que satisfacen e incluso regocijan a otros. Así que la semana que viene haremos referencia a los argumentos de otro filósofo, Francis Wolff, que ha juntado en un libro -el que les anunciaba el sábado pasado- '50 razones para defender la corrida de toros'. Lo iremos glosando, de hecho, a lo largo del año. Para quien quiera entender algo de esta Fiesta de Toros repleta de valores éticos.