El presunto cerebro de la trama de corrupción en Marbella, Juan Antonio Roca, puso ayer los puntos sobre las íes en el caso Ninette -que investiga presuntas irregularidades en Los Alcázares- y detalló ante la titular del juzgado mixto número 2 de San Javier los negocios que realizó en la localidad y sus relaciones con los responsables municipales.

Y uno de los que salen peor parados es el ex arquitecto municipal, Mariano Ayuso. Roca tiró por tierra la declaración prestada por el arquitecto el lunes, en la que aseguró que no tenía relación ni personal ni profesional con el antiguo asesor urbanístico de Marbella y que era el ex alcalde Juan Escudero el que trataba directamente con él sobre sus inversiones en el municipio.

El cartagenero no sólo manifestó que conocía perfectamente a Ayuso -se lo presentaron durante un viaje de una delegación alcazareña a Marbella-, sino que añadió que ambos mantenían "una relación fluida" y que se solían reunir cuando el supuesto cerebro del caso Malaya viajaba a Los Alcázares. "Juan Escudero me dijo que todos los asuntos relativos al hotel de cuatro estrellas los tenía que hablar con Mariano Ayuso, que era el director de la obra. Cualquier problema técnico con los proyectos que tenía en Los Alcázares los solucionaba con el arquitecto", manifestó Juan Antonio Roca.

Además, el ex asesor urbanístico del ayuntamiento de Marbella señaló que Gyps Fulvus, empresa del hermano de Mariano Ayuso, realizaba frecuentemente trabajos para su red de sociedades. Y que incluso fue el propio Mariano Ayuso el que presentó facturas de esta empresa a su testaferro Montserrat Corulla.

No obstante, Roca también dejó entrever en su declaración ante la jueza Jessica Hurtado -titular del juzgado número 2- que tenía una relación bastante frecuente con el ex alcalde socialista Juan Escudero y con otros miembros de la corporación como el concejal de Urbanismo, Alfredo Blanco. Así, afirmó que el ex primer edil le solicitó que negociara con el empresario cartagenero Tomás Olivo -también imputado en el caso Malaya y propietario de la parcela donde Roca iba a construir su hotel- para que renunciara a construir viviendas en estos terrenos y que le permitiera levantar allí la instalación hotelera, una gestión que Roca realizó con éxito.

Con Alfredo Blanco, según palabras de Roca, trató directamente la cesión al Ayuntamiento de una parcela en el plan parcial La Dorada, propiedad de la empresa Masdevallía -controlada por Roca a través de testaferros- para que el Consistorio construyera en la zona un centro cívico. A cambio, Masdevallía vería aumentada la edificabilidad en otra parcela situada en el plan parcial Nueva Ribera de la localidad.

Juan Antonio Roca negó tajantemente haber pagado comisiones a los responsables políticos de Los Alcázares o a Mariano Ayuso para conseguir que le aprobaran los proyectos de sus empresas. A su vez, restó importancia a las cestas de Navidad enviadas al ex alcalde Escudero y a otros responsables municipales de Los Alcázares. "El envío de las cestas de Navidad no tenía ninguna intención, es una práctica habitual que hacíamos en los lugares donde estábamos construyendo", manifestó el presunto cerebro de la trama marbellí.