Uno de los intermediarios en la operación urbanística que dio origen a la operación Tótem, Joaquín Carmona, volvió ayer a comparecer ante los investigadores. Ayer -en la quinta declaración que realiza en relación con la presunta trama de corrupción en torno al ayuntamiento de Totana-, Carmona rectificó lo que confesó ante la Guardia Civil poco tiempo después de ser detenido y negó la existencia de comisiones ilegales.

En aquella ocasión -en una comparecencia celebrada el 29 de noviembre de 2007-, Carmona confesó a los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) que había un pacto para cobrar y repartir una comisión de tres millones de euros por la venta de unos terrenos en El Raiguero en los que la sociedad gallega Inmonuar pretendía levantar cerca de 5.000 viviendas. El reparto de los tres millones -según declaró ante los agentes-, se haría entre el ex alcalde, Juan Morales; el empresario Gabriel Martínez; y una tercera parte que se repartiría entre él mismo y otro de los intermediarios, José Antonio Alcántara.

Ayer, sin embargo, Joaquín Carmona negó de plano estas acusaciones y defendió que la única declaración válida fue la primera que hizo. "Si la cambié fue por el acoso al que me sometieron la propia Guardia Civil y el fiscal", declaró ayer Carmona ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJ. Ayer, además, Carmona insistió en que Morales -al que en noviembre de 2007 se refirió como "un sinvergüenza"- "nunca había pedido dinero" por recalificar los terrenos de El Raiguero.

En este sentido, Carmona defendió la legalidad de la operación en El Raiguero y acusó a los investigadores de partir de una tesis errónea. En concreto -según declaró en una entrevista a LA OPINIÓN-, Carmona incidió ayer en la idea de que los terrenos "eran suelo urbanizable no sectorizado" cuando se compraron y cuando se firmaron los convenios. Esta calificación se había aprobado en septiembre de 2005, mientras que el convenio con Inmonuar se firmó en octubre de 2006. No obstante, se trataba de una calificación inicial que debía ser aprobada de forma definitiva por el pleno municipal.

En aquella ocasión, Carmona habló de la reunión que mantuvo a principios de septiembre de 2007 con el representante de Inmonuar en la Región, Pablo Maceira. Este supuesto encuentro se celebró -según aquella declaración- en el coche de Carmona. Al otro lado de su teléfono estaban Gabriel Martínez y Juan Morales. Maceira, por su parte, hablaba con el responsable de Inmonuar, Manuel Núñez. Ayer, sin embargo, negó haber participado en esta negociación a distancia entre Morales y Núñez. "La única declaración válida es la primera", insistió.

En su comparecencia, Carmona también arremetió contra el intermediario que tiró de la manta, Emiliano Ovide, al que acusó de hacerse pasar por representante de Núñez para hacer creer a las dos partes de la negociación -Ayuntamiento de Totana e Inmonuar- que había que pagar comisiones para lograr la aprobación definitiva del PGOU de Totana.