El Miserere llama a la reflexión y al cambio de cara a la Semana Santa

El acto de la cofradía marraja congregó a decenas de fieles en la Iglesia de Santo Domingo

El Miserere marrajo congregó en la iglesia de Santo Domingo a decenas de cofrades. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

El Miserere marrajo congregó en la iglesia de Santo Domingo a decenas de cofrades. | LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS / salvador gonzález

Reflexión personal y cambio. Fue el mensaje que ayer recorrió la iglesia castrense de Santo Domingo con el acto paralitúrgico del Miserere, principal función religiosa de la cofradía marraja durante la Cuaresma cartagenera. Una celebración que congregó en el templo de la calle Mayor a decenas de fieles y que estuvo presidida por el obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes.

Cargado de simbolismo tanto religioso como tradicional, el acto comenzó con la acostumbrada procesión claustral desde la capilla marraja, en la nave derecha del templo, hasta el altar mayor mientras sonaba el ‘Coro de Peregrinos’ del ‘Tannhäuser’ del compositor Wilhelm Richard Wagner. los alumbrantes fueron quienes abrieron paso a abrirán paso a los hermanos mayores de las cuatro cofradías cartageneras, encabezados por el anfitrión marrajo Francisco Pagán, seguidos el capellán de la Cofradía, Fernando Gutiérrez Reche, que precedió al obispo.

El obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, presidió la celebración morada en la iglesia de Santo Domingo

Fue precisamente el prelado quien entonó los primeros acordes del cántico ‘Miserere mei Deus’, de Orlando di Lasso, y que estuvo interpretado por la masa coral Tomás Luis de Victoria.

El acto concentró el sentimiento marrajo que queda recogido en el Salmo 50 ‘Misericordia, Dios mío, por tu bondad’, en el que el rey David se declara pecador e implora la misericordia, y la compasión divina.

La figura del titular de la cofradía morada, Nuestro Padre Jesús Nazareno, protagonizó el centro de toda la celebración en la que los fieles se sintieron un eslabón más de la hermandad nacida en 1641.

Bendecido el romero como símbolo del que pisara Jesús camino al monte Gólgota, la procesión claustral regresó a la capilla, mientras en la Iglesia resonó la marcha ‘Nuestro Padre Jesús’, interpretada por la banda musical Sauces.

Semana de celebración

La celebración marraja cerró los actos paralitúrgicos morados de esta semana, en la que también han celebrado un Vía Crucis y un Triduo en el que el párroco Luis Gomáriz emocionó a los fieles con su homilía al recordar que hace unos años sufrió un ictus severo del que hasta los médicos dudaron de su recuperación. La oración y la fortaleza, según narró a los cofrades, hicieron que siguiera adelante, afianzando la fe y las convicciones personales.

Besapié marrajo al Medinaceli y californio al Cristo de la Misericordia

Las cofradías marraja y california coincidieron ayer en dos actos de Cuaresma que se han convertido en una tradición más de cuantas se llevan a cabo en la ciudad portuaria los días previos a la Semana Santa. Fueron los esperados besapiés al morado Cristo de Medinaceli y al encarnado de la Misericordia. Cientos de fieles cartageneros acudieron ante ambas tallas para honrar a las imágenes que procesionarán el Viernes Santo, por parte de la cofradía marraja, y el Viernes de Dolores, en cuanto a los californios. Pese a la afluencia de fieles, apenas hubo problemas de tráfico al estar las imágenes en distintos templos. El Medinaceli estuvo en el templo de Santa María de Gracia, mientras que el Cristo de la Misericordia se encontró en la Basílica de la Caridad.