Cartagena

La reforma del Mercado Gisbert de Cartagena queda paralizada para redefinir su uso

El Ayuntamiento consulta a expertos y estudios de mercado antes de acometer la segunda fase

Las obras de la primera fase del mercado Gisbert están en desarrollo y ya permiten ver la nueva fachada de la plaza de abastos. | IVÁN URQUÍZAR

Las obras de la primera fase del mercado Gisbert están en desarrollo y ya permiten ver la nueva fachada de la plaza de abastos. | IVÁN URQUÍZAR / salvador gonzálezs.g.

Examinar con profesionales del sector y de la mano de estudios de mercado y análisis de datos los posibles usos que se pueden implantar en el Mercado Gisbert con el objetivo de determinar la actividad que mejor se adapta a la instalación municipal en un entorno que está resurgiendo con la apertura de nuevos negocios y atractivos turísticos.

Es el siguiente paso que va a dar el Ayuntamiento de Cartagena respecto a la plaza de abastos de la calle Gisbert, que actualmente se encuentra en plena primera fase de su reforma. El resto de su remodelación, prevista en una segunda fase presupuestada en unos 700.000 euros, ha quedado en punto muerto. Así lo ha indicado la propia alcaldesa Noelia Arroyo, que ha adelantado que el presupuesto del próximo año no contará con una partida específica para acometer esa segunda fase, ya que el objetivo es contar con un mercado que sea un verdadero atractivo comercial en la zona.

Es el momento de este rediseño de usos, ya que la primera fase de las obras se centra en la demolición de estructuras interiores y en la apertura de nuevas ventanas en la fachada para dar más visibilidad al interior, mientras que la segunda fase se encargará de la estructura interior. La definición del uso será la que marque los nuevos trabajos previstos.

La alcaldesa ha remarcado que la zona en la que se encuentra el mercado, en plena calle Gisbert, una de las arterías que conectan la ciudad con el puerto, está ganando atractivo con la oferta público-privada, la fórmula que se busca ahora también en la plaza de abastos. Y es que, las aperturas de los espacios gastronómicos Alviento y Cuarentaytrés en el entorno portuario y la puesta en valor del Anfiteatro romano con el 2% Cultural que permitirá incluirlo el próximo año en el circuito turístico de ‘Cartagena, Puerto de Culturas’, hacen de la zona un área con potencial desarrollo. También la apuesta municipal por mejorar los accesos al Parque Torres y reformar el antiguo restaurante que existe junto al Castillo de la Concepción para darle una nueva vida gastronómica; así como el Cine Central, sobre el que la Comunidad Autónoma debe poner en marcha el proyecto de restauración para crear un complejo cultural que dinamice la plaza de la Merced.

1,1 millones

Una situación que ha motivado este ‘standby’ respecto al mercado Gisbert, «sin renunciar a la idea que ya teníamos en la legislatura pasada», ha precisado Arroyo. En el anterior mandato, de la mano de Manuel Padín como concejal de Comercio, el Gobierno local puso e n marcha el proyecto de reforma en las dos citadas fases con un presupuesto total algo superior a los 1,1 millones. La propuesta del anterior edil fue dar cabida a comerciantes locales que dieran valor a la calidad, procurando contar en la plaza de abastos con una gran gama de productos diversos y crear una zona de degustaciones para que los ciudadanos y visitantes pudieran disfrutar de sus compras en el mismo mercado.

El único compromiso de futuro del complejo comercial es readmitir al único inquilino que se encontraba en el mercado cuando cerró para llevar a cabo las obras y que se trasladó de forma temporal ha mercado Santa Florentina hasta finalizar las obras, cuando volverá a su puesto comercial de Gisbert, según se acordó con el propio comerciante.

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La alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha hecho balance de las inversiones llevadas a cabo en los últimos años en los mercados municipales. La regidora, que ocupó la alcaldía y vicealcaldía del Gobierno en el anterior mandato, ha concretado que la prioridad fue el mercado de Santa Florentina, en el que se ha invertido más de un millón de euros en la reforma de los puestos de las islas centrales de la plaza de abastos, así como la rehabilitación del sótano para convertirlo en un aparcamiento que dé servicios a los clientes. También se ha puesto en marcha una terraza exterior para la cantina existente en el complejo y aseos adaptados en la planta comercial, eliminando los que se encontraban en la planta baja y que no contaban con accesibilidad para todos los ciudadanos. Finalmente, el mercado también contará con un ascensor que comunique el aparcamiento con los comercios. También se acometieron arreglos en la cubierta y en las fachadas.