Carthagineses y Romanos

La magia del Oráculo desvela los peores presagios para los púnicos en Cartagena

Un nuevo altar y la participación de la parte civil y militar de las tropas engrandecen un acto que este año ha vuelto al Parque Torres

La actuación de Esther Escolar en el papel de Himilce, de lo más destacado

Oráculo de Tanit

Oráculo de Tanit / Iván Urquízar

Las primeras gotas caídas en la ciudad al amanecer hicieron que los festeros estuvieran toda la jornada pendientes del cielo por si había que tomar cualquier decisión sobre el acto del Oráculo de Tanit, que este año regresó al auditorio Paco Martín del Parque Torres. Pero los presagios aciagos para el bando púnico no llegarían del cielo, que respetó un acto que volvió a brillar en el mejor escenario posible debido a su carácter íntimo y recogido.

Los peores augurios llegaron de la diosa Tanit, invocada por la Himilce para conocer el destino de su marido, el general Aníbal, en su lucha encarnizada contra el imperio romano. La diosa anunció a la princesa que el estratega nunca regresaría de su viaje a Roma. También tendría vaticinios sobre el hijo que ambos tendrían, Aspar, quien habría de seguir el camino iniciado del padre, aunque poco se sabe de la criatura en los textos que han llegado hasta nuestros días.

También el Oráculo avanzó a la princesa íbera que pese a la derrota de Aníbal, con el paso del tiempo, el odio entre Roma y Carthago moriría, haciendo que la ciudad perdurara en el tiempo, atesorando una historia y unas riquezas arqueológicas que la harían más grande y recordada. Un guión ya conocido, pero que cada año luce de forma distinta por la cambiante escenografía.

Este año no fue menos y los carthagineses pusieron sobre las tablas del auditorio un nuevo altar, más grande, para ganar majestuosidad; así como mayor protagonismo a la parte civil de las tropas, ya que la escena que se representa en el Oráculo ocurre en un templo.

Así, se alternaron tanto civiles como guerreros de tropas cartaginesas, iluminando todo el auditorio. También el debut en este acto de Esther Escolar como Himilce, que recibió grandes elogios tanto de asistentes como de compañeros sobre las tablas.

Distinciones púnicas

El acto carthaginés comenzó después de que el Consejo de Centunviros entregara dos distinciones a festeros en reconocimiento a su «esfuerzo y dedicación a las fiestas durante tantos años». Así, el premio Gran Dama de Cartago fue para Caridad Cañavate; mientras que Hannon ‘el Navegante’ fue a parar a manos de Víctor Nieto. Ambos muy emocionados.