Una serie de submarinos con una tecnología y diseño del calado de los nuevos S-80 precisa de un buque de rescate a la altura de estos sumergibles, requisitos que el buque nodriza Neptuno (A-20), barco encargado de dar cobertura y socorrer a los S-70 con base en la estación naval de La Algameca en Cartagena, no cumple.

Por este motivo, la Armada española ya se ha puesto manos a la obra para contar con un barco capaz de llevar a cabo con éxito una posible operación de rescate del Isaac Peral (S-81), el Narciso Monturiol (S-82), el Cosme García (S-83) o el Mateo García de los Reyes (S-84).

Se trata del nuevo Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS), que supondrá toda una revolución en el rescate de submarinos para la Armada y que será el más moderno e innovador construido hasta el momento en España.

Un barco que dormirá en la estación naval cartagenera de La Algameca pero, que se construirá en los astilleros de Navantia ubicados en Puerto Real, ya que la factoría naval ubicada de la Bahía de Cádiz está especializada en buques de gran tamaño.

El BAM-IS, que comenzará a fabricarse en los próximos meses, tendrá 91 metros de eslora, 18 metros de manga y cinco metros de calado. Este descomunal buque de salvamento militar podrá alcanzar hasta 28 kilómetros por hora y cuenta con capacidad para 60 personas.

Aunque su principal cometido será el salvamento y rescate de submarinos, el BAM-IS también será de gran utilizad a los buceadores militares de Cartagena para llevar a cabo operaciones de intervención subacuática. Asimismo, el barco también estará preparado para detectar artefactos explosivos.

El nuevo BAM-IS también se encargará de proteger el patrimonio subacuático español a través de dos robots submarinos que cuentan con una cámara integrada. Así, el barco incluye un sónar de barrido lateral, dos teléfonos submarinos y dos cámaras hiperbáricas. Además de contar con su propio helipuerto.

Así será el nuevo BAM-IS de la Armada, según una infografía de Navantia. Navantia

La construcción de este buque supone un desafío desde el punto de vista de la integración de los sistemas, sensores y equipos que debe llevar para abordar su amplio rango de misiones. Supondrá, por lo tanto, un nuevo avance tecnológico para Navantia, que atesora ya una experiencia reconocida como integrador de sistemas, y le permitirá ampliar su catálogo de productos y sus mercados potenciales, indican desde la empresa naval.

La nave, que tendrá 91 metros de eslora, contará con capacidad para desplazar 5.000 toneladas

Desde Navantia esperan «que los buques con capacidad de intervención subacuática sean un producto con una demanda internacional creciente dado el aumento previsto en el número de submarinos», sostienen fuentes del astillero, de igual manera que hay países interesados en el modelo del submarinos S-80.

Tras la reciente autorización para la construcción de este nuevo buque salvavidas para los submarinos S-80, la Armada también ha proyectado ya las obras de reforma que tendrá que acometer en la estación naval de La Algameca, ya que al tratarse de un buque tan diferente al Neptuno, tendrán que llevar a cabo una remodelación al completo del muelle para poder albergar el nuevo BAM-IS.

Una obra que costará a la Armada española dos millones de euros y que comenzará en el 2023, ya que la instalación debe estar lista a tiempo para la entrega a los militares del nuevo buque por parte de Navantia, que se producirá a finales del año 2024.

Adiós al Neptuno

Cuando el nuevo BAM-IS de la Armada llegue a Cartagena, el Neptuno causará baja después de más de tres décadas operativo. El barco, que supuso una revolución en los noventa, se ha quedado obsoleto al no contar con sistema de suministros de emergencia como alimento u oxigeno a los submarinos.