Dos monumentos emblemáticos de la Comarca de Cartagena se encuentran «en peligro», debido a la falta de cuidado y mantenimiento. Se trata del Castillo de San Julián, ubicado en Santa Lucía y del complejo minero Cabezo Rajao, en el límite fronterizo entre Cartagena y La Unión.

A pesar de estar separados por cientos de años de historia en el tiempo, ahora cuentan con un nexo común: ambos han sido incluidos en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra y que incluye cerca de 900 monumentos españoles que se encuentran riesgo de desaparición «si no se actúa de inmediato», indican desde la asociación.

En el caso de Cabezo Rajao, se trata de uno de los puntos más importantes de la minería romana. El nombre le viene por tratarse de la explotación de un filón superficial a cielo abierto de galena argentífera que, después de ser vaciado a pico por muchos de los 40.000 esclavos que trabajaban en la sierra, dejó a la vista una gran raja en la zona que dio nombre al cabezo. Los romanos explotaron la zona durante unos cinco siglos, hasta el siglo III d.C., época en la que comenzó la decadencia de la minería en la Sierra Minera.

Así, en el siglo XVI volvía a ponerse en marcha la mina. Más tarde, ya a finales del XIX, se volvía a reactivar después de un periodo de tiempo inutilizada. Un monumento transversal, que conecta pasado lejano y reciente, así como un punto de encuentro entre la ciudad romana, Cartagena y la ciudad minera, La Unión. El complejo está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Sitio Histórico.

Desde la Fundación Sierra Minera, califican como «desolador» el estado de conservación en el que se encuentra el complejo. Pedro Martos, gerente de la fundación, insiste en que «es necesario que se proteja y se conserve» Cabezo Rajao y su entorno, ya que se trata de «el elemento más representativo de la Sierra Minera». Martos asegura que el retroceso que ha sufrido este BIC durante los últimos años ha sido «brutal» y lamenta que la falta de protección diera lugar a que en la última década se haya expoliado una buena parte del patrimonio. «Recientemente se desplomó una de las paredes de la mina Nuestra Señora de Monserrat y ahora está en peligro una de las chimeneas», explica Martos.

En el caso del Castillo de San Julián, que data del siglo XVIII y también está catalogado como BIC en la categoría de Monumento, su estado de conservación es «muy deficiente», según el examen de la asociación Hispania Nostra. Se trata de uno de los cinco castillos de Cartagena y que cuenta con numerosas antenas «prohibidas expresamente por el artículo 38 de la Ley 4/2007», indican también desde Hispania Nostra. Existen grietas profundas y amenaza de colapso en los muros izquierdo y derecho desde la entrada al castillo desde el foso. Además se encuentra numerosa maleza en el patio de armas, suciedad, pintadas y deterioro por falta de mantenimiento.

La Asociación para la Defensa del Patrimonio de la Comarca de Cartagena (Daphne) fue la encargada de dar la voz de alarma a Hispania Nostra. Su presidente, José Luis Sánchez, insiste en que además de restaurar y mantener el castillo, es necesario que se retiren de inmediato las antenas, ya que «ningún BIC debería tenerlas».