El buen tiempo y la relajación de las restricciones para frenar el avance del virus han traído de vuelta el ambiente nocturno a Cala Cortina. Durante los últimos fines de semana, la playa cartagenera se ha convertido en punto de encuentro para jóvenes y adolescentes que se dan cita viernes y sábados noche para beber alcohol ante la ausencia de pistas de baile por el momento.

Una práctica que ya se volvió habitual durante el pasado verano y que, además de poner en riesgo la salud de los más jóvenes aún sin vacunar contra el coronavirus, provoca las quejas de los bañistas más madrugadores, que se topan con una playa llena de residuos y basura de la noche anterior. Una estampa nada agradable para los cartageneros y poco oportuna también para la vuelta del turismo.

Aunque el toque de queda frenó el botelleo y las quedadas hasta altas horas de la mañana en Cala Cortina, el regreso paulatino a la antigua normalidad ha traído de vuelta hasta la playa más cercana al centro de la ciudad a los jóvenes, poniendo en alerta a la policía, que el pasado verano ya tuvo que disolver varias peleas.

Para cortar el problema de raíz, el Ayuntamiento de Cartagena ha decidido clausurar la valla que da acceso a la playa de Cala Cortina, para evitar que los vehículos accedan al interior del parking. A pesar de que algunos jóvenes burlan la seguridad y acceden de igual forma al recinto, la falta de aparcamiento y de comodidades provocan que algunos se lo piensen dos veces antes de acudir a la cala.

Además, la Policía Local de Cartagena, en colaboración con los agentes de la Policía Portuaria, han intensificado las labores de vigilancia en la zona durante la noche, una medida que se mantendrá a lo largo de todo el verano para disuadir a los jóvenes con intención de acudir a la zona, «especialmente los fines de semana», apuntan desde la Concejalía de Seguridad Ciudadana del Consistorio cartagenero. Un dispositivo que ya se puso a prueba en la noche del miércoles al jueves, cuando decenas de jóvenes celebraron por su cuenta San Juan a pesar de la prohibición expresa de hogueras este año.

Adolescentes ocupan el lugar de los niños en los parques infantiles de Los Dolores

Los adolescentes del barrio cartagenero de Los Dolores se están «adueñando» de las plazas y parques infantiles en la localidad de la periferia cartagenera. Así lo denuncian los padres que habitan en el barrio, quienes aseguran «no contar con un espacio seguro» para que sus hijos pequeños disfruten de columpios, toboganes y balacines. «A pesar de que en el barrio contamos con multitud de parques y que desde la Junta Vecinal se está impulsando el arreglo de muchos otros, el problema son los adolescentes», asegura el portavoz de la Asociación de Vecinos de Los Dolores, José Luis Hurtado.

«Estamos hartos, los vecinos se quejan continuamente de que hay decenas de jóvenes bebiendo y fumando en los parques», relata el representante vecinal. Tanto es así, que «hace poco tuvimos que pedir que tirasen un escenario de obra en el parque de Castillitos porque se han dedicado a destrozarlo», lamentan desde la Asociación de Vecinos.