18 rosas blancas y rojas en forma de ramo pone Ana Barrera en el paso de peatones del puente Quitapellejos para que cuando la gente lo vea lleve precaución al cruzar por ese punto negro de la circulación urbana de Cartagena y para que no se olviden de que allí murió atropellado su marido, Óscar Rodríguez, cuando iba de camino a su trabajo en Navantia, el pasado 6 de octubre.

A pesar de lo doloroso que es para la viuda de Óscar emprender esta batalla, Barrera se ha comprometido a continuar con la reivindicación que llevaba pidiendo durante 16 años su marido junto con el resto de trabajadores de Navantia: mejorar el acceso a esta empresa para garantizar un desplazamiento seguro y evitar más atropellos. «Lo han dejado pasar hasta conseguir la muerte de mi marido», piensa de las instituciones, y va a hacer todo lo que esté en su mano para que no se retrasen más las obras que llevan esperando más de una década.

Desde el Ayuntamiento de Cartagena afirman que el compromiso de actuar en la zona ya existía y que para el Gobierno es «prioritario avanzar en los planes que garanticen el desplazamiento al trabajo de los ciudadanos, que se incluyen en el Plan de Movilidad»; pero aun así ya han pasado siete meses del accidente y tanto para algunos empleados de Navantia, que siguen pasando por ese punto negro a diario para ir a trabajar, como para Ana, que no quiere más tragedias, las medidas provisionales no son suficientes (pasos de peatones luminosos y sincronización de los semáforos, entre otras).

Desde el Consistorio informan de que es un proyecto estratégico de legislatura muy complejo y no hay fechas. La intención de esta institución es empezar este año una vez consigan los permisos, «para lo que pediremos celeridad al resto de administraciones». En la Junta de Gobierno se aprueba el protocolo de colaboración interadministrativa para este Plan de Acción, donde manifiestan el compromiso y la voluntad de llevar a cabo el plan por todas las partes implicadas.

«En estos últimos diez años llevamos más de noventa accidentes. Es una necesidad, no es un capricho», manifiesta Alfonso Carretero, gestor de movilidad de Comisiones Obreras de Navantia. Desde la empresa, son conscientes de que el Consistorio ya ha empezado a realizar acciones de medición del tráfico en la carretera de La Algameca para la futura obra.

Este lunes se celebra una nueva Mesa de Movilidad, a la que asisten los colectivos afectados para seguir trabajando en esta reforma, y representantes de Navantia confirman su asistencia para mostrar su apoyo. Lo que sí piden es que tener el acceso en condiciones sea de las primeras obras en realizarse dentro de este Plan.

Por otro lado, el Plan de Movilidad, que incluye esta reforma de la zona de Navantia, pero en principio no le afecta en cuanto a fechas porque no es vinculante, se somete desde el viernes pasado a un proceso de participación ciudadana que duplica el plazo de 30 a 60 días para recoger las necesidades de los diferentes agentes implicados en la movilidad urbana así como de otras entidades y de vecinos interesados en participar. Este periodo se ha retrasado dos meses debido a la modificación del Reglamento de Circulación en el que se recogen los nuevos límites de velocidad en las ciudades de la Dirección General de Tráfico. Esta demora, que matiza el Consistorio, no es de su competencia, lleva a retomar las obras del Plan de Movilidad a partir del verano que viene.

Mientras tanto, Ana Barrera seguirá luchando para que se haga esta reforma porque «esto no va de política. No voy a dejar que saquen rédito político de la muerte de mi marido. Esto va de la gente del pueblo, de su seguridad».