El Buque de Acción Marítima (BAM) Furor, partía este viernes rumbo al Golfo de Guinea, donde permanecerá desplegado durante los tres próximos meses en una de sus misiones internacionales más importantes del 2021.

Este viernes, el almirante de Acción Marítima (Almart) Juan Luis Sobrino y comandantes de otros buques del Arsenal de Cartagena, despedían con honores al buque al ritmo de la Banda de Música de la Armada.

Se trata de una misión española para garantizar la seguridad marítima y la defensa del país en la costa occidental africana puesto que, durante los últimos años, se ha incrementado considerablemente la piratería en el Golfo de Guinea, un problema que preocupa al Ministerio de Asuntos Exteriores y al de Defensa. «En estos momentos, el Golfo de Guinea es el punto donde mayor número de secuestros y de actos de piratería se realizan», apunta el Almart. «Se ha intensificado la agresividad, el uso de buques nodriza y cada vez actúan más lejos de tierra; es una zona donde cada vez hay más riesgo», añade Sobrino.

Durante el despliegue, también se coordinarán con buques franceses, daneses, portugueses y americanos.

Asimismo, la misión también servirá para instruir a las marinas de países ribereños y que de este modo estén más preparadas antes posibles amenazas en alta mar como tráficos ilícitos, control de pesca y protección del tráfico marítimo.

A pesar de que la tripulación parte vacunada del Arsenal, no podrán abandonar el Furor para visitar ninguno de los seis destinos donde harán escala. Se seguirán a rajatabla todos los protocolos de seguridad como el uso de mascarilla y la distancia social en el interior del buque para evitar que el coronavirus entre en el Buque de Acción Marítima. Por este motivo, tampoco han podido estar presentes los familiares de la dotación en el acto.

«Confiemos en que la Virgen del Carmen nos ayude y que no haya ningún caso a bordo durante todo el despliegue; les he dicho que no bajen la guardia», afirmó el Almart.

Cabe recordar que hace justo una semana fallecía el sargento Francisco Rodríguez, de la dotación del buque Hespérides, después de permanecer mes y medio ingresado en Las Palmas tras contagiarse de coronavirus en el barco, que suspendió su misión a causa del virus.