La multinacional española Repsol ha actualizado el plan estratégico que tenía fijado para el periodo comprendido desde el año 2016 al 2020 tras haber superado con dos años de antelación todos los objetivos que se fijó en dicho plan. Según la compañía, esta nueva hoja de rumbo está orientada al «crecimiento y a la creación de valor en cualquier escenario». La renovada estrategia se basa en tres pilares. Uno de ellos es el crecimiento rentable de sus negocios de exploración y producción, así como de las tareas de refinamiento del petróleo crudo, que se desarrollan en Cartagena. Otro es la remuneración creciente de sus accionistas y, por último, el desarrollo de nuevos negocios vinculados a la transición a una energía más limpia, como el GLP.

La buena marcha permitirá mejorar la refinería ubicada en el Valle de Escombreras, tal y como apuntan desde la propia multinacional. En concreto, los trabajos que se van a desarrollar están encaminados a proseguir con la estrategia que está siguiendo Repsol en la ciudad portuaria: digitalizar su planta y mejorar la eficiencia energética para gastar menos luz y así ahorrar en el recibo, logrando así ser más competitivos gracias a producir con mayor rentabilidad.

Entre 2018 y 2020, la multinacional prevé hacer una inversión de 15.000 millones de euros a escala mundial. El 45% de este dinero estará destinado al área de 'downstream', que es a la que pertenece la refinería de Escombreras. No obstante, estos fondos no irán a parar íntegramente a Cartagena, ya que el área enmarca otras actividades al margen del refino, como el marketing, los lubricantes, la química, el trading, el GLP o el gas & power, entre otras.

También hay que destacar la apuesta de la compañía por el desarrollo de proyectos energéticos, más respetuosos con el medio ambiente, que generen bajas emisiones de CO2, buscando de esta forma desarrollar nuevas oportunidades de negocio a largo plazo.

No obstante, la petrolera supedita la autofinanciación de su nuevo plan estratégico en base a un precio «prudente» de 50 dólares por barril de crudo Brent. A este precio la compañía garantiza además el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y de un nivel de deuda muy inferior a la media del sector. Repsol tiene previsto incorporar 95.000 barriles adicionales en el período 2018-2020 con la entrada en producción de nuevos proyectos.

La petrolera prevé una producción media en ese período de unos 750.000 barriles de petróleo equivalentes al día, frente a los 700.000 que contemplaba el plan de los años 2016-2020. También prevé un impulso del negocio del refino, que se va a ver beneficiado por la nueva normativa de la Organización Marítima Internacional (IMO), ya que esta obligará a sustituir el fuel de alto nivel de azufre por gasóleo bajo en azufre.