Un pico máximo de 1.500 personas trabajando en Repsol, durante el próximo mes. Es el plan de la refinería para los treinta días siguientes tras iniciar la parada de sus áreas de Hidrocraquer -destinadas a la producción de combustibles- e hidrotratamiento -área responsable de la excelencia medioambiental de los productos que se obtienen en la Refinería-.

Durante esta parada, que se inició el viernes y se alargará hasta el mes de junio, se realizarán diferentes acciones, como inspecciones reglamentarias y trabajos de mantenimiento, que no se pueden realizar cuando las unidades de producción están en funcionamiento. El presupuesto de la parada programada es de 42 millones de euros, que permitirá realizar mejoras en fiabilidad, seguridad y eficiencia energética de los equipos, contribuyendo sustancialmente a la reducción de las emisiones de CO2, con un ahorro previsto de 44.000 toneladas de CO2 en 2017. Se trata de unidades que son vitales para esta refinería, con un alto grado de complejidad tecnológica.

La planificación y preparación de los trabajos se ha extendido durante aproximadamente dos años. La experiencia de la parada del pasado año ha sido muy valiosa y ha permitido incorporar lecciones aprendidas durante la programación de los trabajos, que sin duda redundarán en el éxito de esta parada.

Una media de 1.100 personas (y picos de 1.500), pasarán por la refinería de Cartagena diariamente para participar en los trabajos de parada.

La seguridad del personal que participará en la parada vuelve a ser la máxima prioridad de Repsol. Se ha creado un Grupo de Coordinación de Seguridad de 80 personas, formado por técnicos de Prevención de Riesgos Laborales de las empresas subcontratadas y por responsables de Seguridad de Repsol. Su objetivo es velar por el cumplimiento de las normas de seguridad, incidiendo en diferentes aspectos relacionados con esta materia. Previo a la parada se han impartido más de 29.000 horas de formación en seguridad, entre el personal propio y el de las empresas externas.