Una oportunidad para las personas con síndrome de Down y sus familias. Ese es el objetivo que desde la Asociación para el Tratamiento de Niños y Jóvenes con dicho síndrome (ASIDO) persiguen sacar adelante. La reactivación del proyecto ofrecerá a unas 14 personas, la capacidad inicial del lugar, que hayan sufrido la pérdida de sus padres o familiares que los cuidaban. Esta pequeña residencia, que albergará también un centro ocupacional, estará en unos terrenos ubicados la zona de Mandarache, cerca de la barriada José María de Lapuerta. El lugar de estancia temporal se encontraría dividido en módulos de un máximo de cuatro personas con capacidades similares y adaptadas a la necesidades para ayudar al desarrollo del recinto.

«La idea es crear un sitio donde estas personas convivan y trabajen junto a sus compañeros y vecinos del barrio interesados en actividades deportivas, de ocio o cursos formativos que faciliten una mejor integración de este colectivo», adelantó Juan Carrasco, todo ello «para que se sienta orgullosos de ser ciudadanos activos de esta sociedad». La primera toma de contacto en la que ha valorado el futuro de este proyecto tuvo lugar ayer en el Palacio Consistorial, con el encuentro que mantuvieron el propio presidente de la organización; la gerente, Carmen Vargas; y la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón, que defendió el trabajo conjunto con la asociación: «Vamos a ultimar los pasos para llevar a cabo el programa y poner en marcha esta actuación».

Para Carrasco, que espera que la iniciativa pueda ponerse en marcha en los próximos tres años, esta vivienda colectiva será el futuro para personas con síndrome de Down, cuando sus progenitores ya no estén ahí para cuidarles. «Muchas veces los padres de estos hijos se preguntan: ´¿Cuándo yo no esté qué va a pasar?´ Desde Asido pretendemos borrar de la mente esa pregunta, acabar con ese problema que tienen esas familias y otorgarles una tranquilidad a lo largo de sus vidas con la creación de este lugar».