La trayectoria profesional de Luis Ruipérez le está granjeando numerosos reconocimientos que casi siempre se quedan cortos a la hora de medir su aportación a la mejora de la Administración de Justicia. Y no sólo en Cartagena, sino en toda España gracias a su trabajo como vicepresidente del Consejo General de la Abogacía.

Después de tantos años de profesión y de tanto trabajo, ¿qué sensación le produce recibir una distinción como ésta?

La primera de las sensaciones es la de una gran satisfacción personal y profesional, la segunda es la de que uno se hace mayor.

Si echa la vista atrás, ¿cuáles han sido los momentos profesionales más especiales para usted?

El día en el que se resulté elegido decano del Colegio de Abogados de Cartagena. También fue muy importante para mí una demanda que, en representación de la Cofradía de Pescadores, presenté en 1979 contra Empetrol, Campsa e Hidroeléctrica Española por un vertido de miles de toneladas de fuel-oil al mar. Llegamos a una transacción en la Audiencia Territorial de Albacete y conseguimos 25 millones de pesetas de los de entonces. Fue la primera sentencia por contaminación marina que se dictó en España. También estoy especialmente orgulloso de los ocho años como presidente de la Comisión Nacional de Asistencia Jurídica Gratuita y de la creación del Observatorio en el que están representados todos los sectores implicados.

Usted siempre ha sido un ferviente defensor de los intereses de la Abogacía, ¿en qué situación la encuentra ahora?

Nuestra profesión continúa en un permanente 'revolútum', acosada por diferentes frentes, especialmente por el resto de profesiones jurídicas que desean ampliar su ámbito competencial a costa nuestra, como los graduados sociales, los procuradores o los notarios. También la crisis nos ha afectado mucho, no somos ajenos a ella. Ha aumentado la litigiosidad, pero muchos clientes no pueden hacer frente al pago de los honorarios, con el lógico retraso en la resolución judicial de conflictos que supone esto. Tenemos que recurrir cada vez más a las soluciones extrajudiciales, como el arbitraje, las conciliaciones y las transacciones.

¿Están los abogados mejor preparados que antes?

Sí, se está haciendo un esfuerzo importante en la formación del abogado. Hoy, el licenciado en Derecho tiene que hacer una especie de MIR, como el que hacen los médicos, para poder acceder a la Abogacía. Además, se imparten numerosos cursos de reciclaje en materias obligatorias, como el turno de oficio, violencia doméstica, menores y derecho penitenciario.

Usted ha desarrollado una intensa labor en la Comisión Nacional de Asistencia Jurídica Gratuita...

El turno de oficio es esencial, garantiza la independencia del abogado y, por tanto, el derecho a la defensa, que queda más protegido que con la figura del abogado fijo, que es un riesgo porque, aunque posiblemente resultara más barato para las Administraciones, sería mucho más peligroso para el justiciable y el sistema de garantías que establece la Constitución. Más importante que la condena del inocente es la absolución del culpable, como objeto del proceso.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia ha reclamado recientemente más caballerosidad y respeto hacia los jueces.

He observado un exceso de prepotencia en algunos jueces a lo largo de mi carrera y un exceso en las críticas y comportamientos de algunos compañeros. Todos tenemos que hacer examen de conciencia y reconocer nuestros fallos, también los jueces y los fiscales.

La nueva oficina judicial se configura como en primer paso para una reforma profunda en la Administración de Justicia, ¿cómo lo ve usted?

Creo que el cambio va a ser bueno cuando haya pasado el rodaje, aunque se detectan algunos fallos que supongo que se corregirán. Por ejemplo,se ha reducido tanto el número de funcionarios de gestión en los órganos judiciales que, o bien todos los jueces escriben en ordenador sus resoluciones, con la pérdida de tiempo que eso supone o, si se escriben a mano, el funcionario auxiliar que tenga a su cargo varios magistrados tardará semanas en transcribirlas luego a ordenador. También era una reforma necesaria para reforzar la figura del secretario judicial, que estaba infravalorada y ahora se va a encargar de la tramitación y el juez de la resolución. Antes, el juez se encargaba prácticamente de todo.

¿Cómo afectarán a Cartagena las nuevas transferencias de Justicia?

En todos los sitios donde se han producido las transferencias, la Justicia ha mejorado por su mayor proximidad y sensibilidad de los políticos. Para mí es muy importante, casi obligado, que aparte de los nuevos Juzgados, como el tercero de Lo Social, el nuevo de Primera Instancia e Instrucción y Lo Contencioso, se cree una sección nueva de la Audiencia en Cartagena que permita la especialización en civil y penal. de cada una de ellas. Ojalá que veamos pronto su puesta en marcha.