Carrera de la Mujer 2023

Apoyo infinito

Empresas y asociaciones se vuelcan en la octava edición de la Carrera de la Mujer, que se desarrolla con un soporte incondicional por parte de toda la sociedad murciana

Miguel Sánchez

Miguel Sánchez

Apoyo, implicación y éxito. Ese podría ser el resumen de la octava edición de la Carrera de la Mujer por las calles de Murcia. Ya quedan atrás los años anteriores en los que no se pudo realizar sin alguna restricción debido a la pandemia. Y esta edición, que transcurrió con total normalidad, ha sido recibida con una aceptación tremenda por parte de toda la sociedad murciana.

La Carrera de la Mujer, ya consolidada como una de las más esperadas en el calendario murciano, fue una gran fiesta de principio a fin. Desde que se anunció hasta el final de la entrega de premios. Las 5.000 murcianas que asistieron lo dieron todo ayer desde la previa. Aunque la prueba dio comienzo a las 10.00 horas, antes de las 9.30 ya estaban abarrotadas las inmediaciones del Pabellón Príncipe de Asturias, donde estaba la salida y la meta.

Carrera de la Mujer de Murcia 2023

La Opinión

Todas las asociaciones deportivas, empresas y grupos hacían cola aglomeradas en la línea de salida. El color blanco, predominante en esta edición bajo el eslogan «igual esfuerzo, igual reconocimiento», mostraba su presencia con las 5.000 camisetas repartidas en los días anteriores en el Corte Inglés.

María Martínez fue la vencedora absoluta de la prueba, con un tiempo de 14:27. Pulverizó el cronómetro, y eso que, como ella admitió tras finalizar el recorrido, «no me lo he tomado en modo competición, sino para ponerme a prueba para lo que viene». Casi nada. Fue la más rápida, seguida por Marta Belmonte y la patinadora Eva Maza, que cambió las ruedas por las zapatillas en esta ocasión.

La salida, comandada por Zancadas sobre Ruedas, dio su pistoletazo inicial y los nervios previos se disiparon entre los confetis y el sonido de la bocina, unidos a los gritos de los cientos de grupos que se tomaron el trayecto de forma lúdica. A su ritmo y disfrutando de la fiesta de la mujer. Antes, se produjo el corte de cinta de protocolaria. José Antonio Serrano, alcalde de Murcia, Pedro Rex, concejal de Deportes, Teresa Franco, concejala de Igualdad, Conchita Ruiz, consejera de Política Social, Familias e Igualdad, junto a Sonia Martínez, gerente de La Opinión de Murcia, y José Alberto Pardo, director de La Opinión de Murcia, se encargaron del tijeretazo.

Al paso de meta se pudo ver varios colectivos representativos en la Región de Murcia. Varias jugadoras del STV Roldán de fútbol sala, asistieron a la cita. La primera en llegar fue la internacional de la selección española, Consuelo Campoy. Con un gran registro, por cierto. Demuestra su gran estado de forma. También llegaron integrantes de la Policía Local, de la Asociación Kasafor, Crece con Dabadá, Abaúl, la Asociación Deportiva Castellar -la más numerosa de todas las que asistieron-, y muchas otras más.

El apoyo que mostraron todas las organizaciones fue infinito. Fue, sin duda alguna, la edición que más apoyo ha tenido por parte del sector empresarial y dentro de los colectivos y asociaciones. Cada año que pasa se va arraigando más una carrera que solo hace crecer y crecer con cada edición. Este año se agotaron los 5.000 dorsales una semana antes de su disputa.

La carrera, que siempre tiene un tinte más reivindicativo y social que competitivo, terminó y empezó la verdadera fiesta. La organización, junto a los voluntarios, creó un espacio en el que todas pudieron disfrutar de actividades más lúdicas. De hecho, tan pronto como terminó la carrera, hubo una masterclass de zumba en el escenario principal dirigida por Isabel María Guillén Alcolea y Celia Berenguer Lax.

Para las que ya tuvieron suficiente con los cinco kilómetros de la carrera, se habilitaron varias stand para charlar y pasar un rato más relajado. Las participantes disfrutaron de un servicio de fisioterapia al término de la carrera, además de puestos con coca cola y botellas de agua. Estrella Levante también contribuyó con un camión de cerveza del que todos los asistentes pudieron pedir sus bebidas.

Todo el mundo disfrutaba. Bailaba, reía y pasaba un buen rato. Pero, lo más importante, es que con todas las personas que pude interactuar -absolutamente todas y no fueron pocas- me transmitieron sus ganas de repetir la experiencia. Sus ganas de hacer un mundo más justo para un género históricamente por detrás.