Llevar una dieta sin gluten antes de ser diagnosticado de celiaquía dificulta la detección, tratamiento y seguimiento de la enfermedad, según ha alertado el responsable de la Unidad de Enfermedad Celiaca del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, Sergio Farrais, con motivo de la presentación del Manual de la Enfermedad Celiaca, elaborado por la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), con la colaboración de Nestlé.

Y es que, tal y como argumentó el especialista durante su presentación, a pesar de que eliminar el gluten de la dieta no supone «ningún» peligro para la salud, sí lo es cuando la persona padece celiaquía puesto que cuando se le realiza un test diagnóstico el resultado suele ser negativo, por lo que resulta «muy difícil» detectarlo.

Además, se ha comprobado que las personas que han decidido por su cuenta no tomar gluten y son diagnosticadas de celiaquía tienen una peor adherencia a la dieta que aquellas que sí lo consumían; un problema si se tiene en cuenta que los pacientes celiacos deben tener una dieta sin gluten «estricta y sin transgresiones».

En este punto, el experto avisó de que los riesgos de no llevar una alimentación adecuada puede conllevar anemia, osteoporosis e, incluso, linfoma intestinal. Por ello, Farrais insistió en la importancia de diagnosticar adecuadamente la enfermedad, más si se tiene en cuenta que es una patología sistémica inmunomediada, provocada por el gluten y prolaminas relacionadas, que afecta a personas con una predisposición genética.

Mejorar la información

Mejorar la informaciónCon el objetivo de aumentar la información sobre esta patología, que actualmente afecta al uno por ciento de la población, aunque el 85% de los que la padecen lo desconoce, FACE y Nestlé han lanzado el Manual de la Enfermedad Celiaca, dirigido especialmente a los pacientes recién diagnosticados.

En concreto, según comentó la secretaria de FACE, María Van Der Hofstadt, en la publicación se realiza un recorrido por los aspectos «más importantes» de la enfermedad, actualizando cuestiones de interés y avances clínicos como, por ejemplo, el propio concepto de la patología que, en los últimos años, ha pasado de definirse como una intolerancia alimentaria a reconocer como una patología sistémica de base autoinmune.