Como un vendaval apareció Conchi Ríos en Lorca, dándonos la sensación del tiempo que nos hemos perdido de disfrutar con su toreo.

Comenzó la tarde con un riguroso minuto de silencio en memoria del pequeño Adrián, el niño que quiso ser torero. Rafaelillo recibió a su primero con una larga cambiada, pegado a las tablas. Un novillo con caja y cuyos pitones parecían un reloj marcando las dos y veinte. Se dobló, ante su enemigo, al inicio de la faena de muleta con una tanda por la derecha en la que el novillo mostró que por ese pitón cortaba el viaje y le buscaba las zapatillas. No obstante, el del barrio del Carmen, insistió incluso riéndose al ver como le buscaba el novillo. Faena valiente con molinetes de rodillas incluidos que cierra en la suerte contraria dejando una estocada contraria y necesitando de dos descabellos, consiguió desorejar a su rival.

Morita se fue serenando conforme transcurría la faena de capota, ante un novillo que mostraba los mismos defectos que su hermano de camada: el pitón derecho nada más que valía para provocar susto. El lorquino mostró mejores maneras con la izquierda, donde trazó muletazos muy estimables, notándosele en general la falta de festejos. Fue desarmado varias veces durante la lidia y cayó ante las mismas barbas de su enemigo, cuya nobleza impidió prenderlo. Concluyó con estocada que hace guardia y una segunda honda, teniendo que usar el descabello. Fue gratificado con dos orejas.

Mucho le apretó el de El Ventorrillo a Miguel Ángel Moreno de salida, echando las manos por delante, comprometiéndole en un espacio muy corto de terreno. La faena de muleta estuvo basada en la media altura por ambos pitones, ante un toro incierto, con la cara alta y que no repetía. Miguel Ángel puso mucha decisión y ganas ante un novillo que le puso muy difícil el lucimiento. Concluyó con pinchazo en todo lo alto y estocada efectiva, consiguiendo desorejar a su rival.

Faena vibrante levantando el clamor en los graderíos la de Conchi Ríos, preguntándonos: ¿Dónde ha estado todo este tiempo? Y es que su toreó en Lorca trajo un soplo de aire fresco a la fiesta. Con el capote lanceó con soltura y componiendo la figura, y con la muleta toreo con la izquierda en varias tandas de ejecución majestuosa, tirando del toro en muletazos interminables. Intentando después el toreo 'desmayaó' en redondo, cerrando el tercio, citando de frente y de pies juntos. Faena muy aplaudida ante un novillo de excelente condición y juego. Concluyó con estocada en todo lo alto que bastó. El público pidió con fuerza todos los trofeos que el presidente concedió. Dos orejas y rabo, con vuelta al ruedo del novillo.

Filiberto recibió a su rival lanceando de manera suave y vistosa, sacándoselo a los medios, quite por tafalleras. Versión torerísima la que ofreció en Lorca Filiberto, derecho como un ciprés, con enjundia en todo momento, sereno y controlando la faena. Diseñó dos tandas con la izquierda excelentes, sobre todo la primera que fue de ensueño. Faena variada en la que hubo molinetes y derechazos de excelente factura, dándole el tiempo justo. Otra historia fue la espada, donde pienso que entra con precaución debido a lesiones anteriores, donde intentos y estocada hasta los gavilanes, consiguió desorejar a su rival.

El sexto fue un novillo grandón con el pitón derecho caído por un lado de la cara, feo de aspecto, y con más traza para una novillada picada.

El novel Parrita ni pestañeó ante este enemigo mostrando en todo momento una hechuras impropias para su trayectoria moviendo con muchísimo gusto los engaños por ambos pitones, destacando una serie por la izquierda ejecutada con mucho gusto. También cuajó, por la derecha, un 'puñao' de muletazos excelentes. Necesitó para abatir a su enemigo dos intentos y escotada caída trasera, consiguiendo dos orejas.

Mucho mejor nivel mostró Miguel Ángel Moreno en el sobrero del Ventorillo que regaló. Toreando con mucho gusto de capa y cargando la suerte, con la muleta comenzó de rodillas, dejando una larga faena, donde el torero se gustó mucho por ambos pitones, aunque la faena estuvo más cargada por el lado izquierdo, en series llenas de gusto y temple, llegando a realizar el teléfono y descarándose con el toro, concluyó de estocada, recibiendo dos orejas como trofeo.

En definitiva, un entretenido festejo que cumplió su papel solidario en una tarde casi veraniega, donde se recuperó el tradicional festejo del Sábado de Gloria.