Opinión | Las fuerzas del mal

Planeta murciano

Tenemos talento y nos lo tenemos que mirar

Teresa Vicente, la ganadora del premio Goldman.

Teresa Vicente, la ganadora del premio Goldman. / AP Photo / Godofredo A. Vásquez

Alo grande. Cuando un murciano o murciana destaca en lo suyo solemos alegrarnos bastante, aunque depende según y como y quizás eso nos lo tendríamos que hacer mirar. Llevamos encima un complejo que parece que nos lo quitamos con lo deportivo pero que nos cuesta verlo en otros casos. El logro de baloncesto UCAM en la ‘final four’ de Belgrado, quedando terceros, aunque eclipsado por el omnipresente fútbol en el que parece que no levantamos cabeza, nos tendría que hacer pensar si, realmente, no deberíamos explorar otros deportes en lugar de preocuparnos por el omnipresente fútbol y construir una identidad regional basándonos en no seguir la norma y dedicarnos, yo que sé, a deportes no tan mayoritarios, ni tan caros para las arcas públicas. Y por explorar me refiero a invertir.

Generalmente, te sueles encontrar un murciano en las cosas más insospechadas, y no digo eso con el orgullo limitado de la patria chica. Ana Carrasco es una motorista murciana que rompe en el doble papel de mujer y nacida en Murcia que exporta tanto talento que parece que amenaza otras identidades históricas dentro de España. Dice Aleix Sarri, de Junts, que en las próximas catalanas se juega que «Cataluña sea una Eslovenia o una Murcia bailando sardanas». Bueno, las sardanas están sobrevaloradas, para estar reinventadas por un andaluz en el XIX, y en Murcia tenemos un rico folklore que las deja a la altura del corro de la patata. Un respeto, por favor, lo haríamos mejor. Lo que Sarri tampoco dice es que posiblemente Cataluña acabará siendo una Kosovo, donde el máximo reconocimiento internacional está en Eurovisión. Hablando de Eurovisión, Ruth Lorenzo fue y no se quedó la última, lo que en sí es un logro, pero más aún brilló en X Factor en el Reino Unido. Que Viva Suecia y Arde Bogotá compongan himnos que ya son generacionales te hace pensar si no hay una estirpe de profesores de geografía en Murcia aficionados a la música indie que está en el germen de ese éxito.

Aparte del UCAM Basket y de Alcaraz tenemos talento en el arte, Sergio Porlán, por ejemplo, exhibiendo en ARCO, Gala Hernández ganando el César o, en la literatura, Pepe Pérez Muelas arrastrándonos por el mundo y sus mapas en Homo Viator. O Teresa Vicente, recibiendo el premio Goldman por ser pionera en ser abogada de un ecosistema al promover una personalidad jurídica para el Mar Menor. En este caso es curioso que el premio, que es considerado el Nobel de la Ecología, no haya encontrado eco en las siempre atentas, dedicadas y, a veces, sincopantes cuentas oficiales del Gobierno de la CARM, quizás porque se premia una posición incómoda para el actual Ejecutivo regional, con Vox como socio. En palabras de Paco Calvo, murciano también, profesor de Filosofía de la Ciencia en la UMU y coautor del ensayo Planta Sapiens, que ha tenido elogiosas críticas en The Guardian, The New York Times o The Observer, cuando agradece en el libro también a sus detractores reconoce que «no puede haber progreso sin tensiones o desacuerdos». Los murcianos tenemos fama de catetos y creo que no lo somos, pero es bastante cateto no reconocer el mérito evidente del otro que no te simpatiza. Y quizás sea ese el problema, que en el planeta murciano elegimos catetos para gobernarnos.

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