El diputado socialista Eduardo Madina y el economista José Carlos Díez coordinaban respectivamente la propuesta política y la económica, que iban a ser sometidas a las enmiendas de los militantes en el próximo congreso del PSOE. Los resultados de las primarias, no coincidían con ninguno de los dos para continuar con los trabajos de una ponencia más acorde con el ganador, Pedro Sánchez. Por ello dimitieron y, ahora, en nombre de Pedro Sánchez, están dirigidos, entre otros, por Manuel Escudero y José Felix Tezanos, más a la izquierda que aquellos que asumía en su momento también la gestora. Si unos operaban en relación con las ideas de centro izquierda, estos últimos llenan más la dirección ideológica de una nítida izquierda. Los cambios, por tanto, en el PSOE, se van a llevar a cabo fundamentalmente en ese campo también, las ideas. En este sentido, debemos recordar que a instancia del anterior secretario general, Pérez Rubalcaba, se había iniciado un trabajo de 384 páginas titulados Ganarse el futuro, que se continuaba actualizadamente siendo el gerente, Javier Fernández. Pero Pedro Sánchez va a más. La ponencia marco preparada por Madina y Díez no sacaba los pies del tiesto de la 'Declaración de Granada' de 2013. Ahora sí, se recuerda la apuesta por la reforma federal del Estado y se introduce como novedad la recuperación de los elementos del Estatut de Cataluña anulados por la sentencia del Tribunal Constitucional. Y es que Sánchez va mucho más allá: sostiene que en el avance hacia una España federal se debe «perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado apuntado en el artículo 2 de la Constitución». Tezanos, como Escudero, insisten en que ese carácter 'plurinacional' del Estado cabe en la Constitución, que ya distingue en su artículo 2 entre nacionalidades y regiones.

Por lo que yo sé, la propuesta de Pedro Sánchez y su equipo en el próximo congreso del PSOE puede mantener el reconocimiento de este «carácter plurinacional del Estado», clave de un diálogo inicial con Cataluña, aunque ello sin arrebatar la soberanía popular que reside en el Estado español.

Cara al Congreso, Pedro Sánchez plantea una enmienda a la totalidad a la lectura que la Comisión Gestora hizo de la abstención del PSOE para hacer presidente del Gobierno a Rajoy, y rechaza también que la profunda crisis de resultados que vive el partido comenzara en 2015, con él al frente, sino que el planteamiento es que todo empezó mucho antes, en 2011, con José Luis Rodríguez Zapatero como secretario general. Como en alguna ocasión ha explicado Manuel Escudero, el equipo también plantea «una discrepancia» con la ponencia de la Gestora en torno a «cuándo se inició el declive electoral» del PSOE. El documento que coordinó Madina ponía el énfasis en destacar «los dos peores resultados electorales» de la historia del PSOE de 2015 y 2016. Ello es mentira, puesto que la verdad reside en el año 2011, cuando el PSOE, entonces dirigido por Zapatero perdió 4,5 millones de votos y 58 escaños. Con posterioridad, el PSOE resistió como segunda fuerza a pesar de la aparición de Podemos y Ciudadanos y «la intensa campaña mediática diseñada por la derecha económica y política para hacer un sandwchic al PSOE y forzar el sorpasso de Podemos». Los redactores de Sánchez han recogido finalmente algunos planteamientos que hizo Patxi López, pero ninguno de los expuestos en el programa improvisado de Susana Díaz y que presentó cuatro días antes de las primarias. En este sentido, Escudero ha comentado: «leímos el documento de Díaz y no hemos incorporado nada». El equipo de Sánchez propone, como ya anunciaron, hacer consultas obligatorias a la militancia para aprobar pactos postelectorales, o para que un secretario general pueda ser destituido por el voto de los militantes. Y parece ser que se incorpora la incompatibilidad de más de un cargo orgánico.