Hay gente que aprovechará este día para salir escopetada de la ciudad en busca de paz y sosiego. Otros se quedarán en sus casas e incluso habrá algunos que se pasarán el día deseando que la lluvia, tan ansiada siempre para la huerta, haga acto de presencia y le chafe así el disfrute a otros tantos. Para gustos se hicieron los colores, claro que sí, y todas las opiniones son plenamente legítimas y respetables, faltaría más. Yo mismo reconozco que, con los años, me he hecho más del Entierro de la Sardina. Pero es verdad que son mayoría absoluta en esta capital del Segura, y alrededores, los que opinan que el día de hoy, el Bando de la Huerta, es el más bonito del año. No les falta razón, porque amanece diferente este día en esta capital del Segura. Particularmente, siempre me impresionó una cosa del Bando. Que después de la tempestad, siempre llega la calma, y la ciudad despierta el día siguiente lista para seguir la rutina, como si no hubiera pasado nada en sus calles y parques. Y eso es gracias al trabajo impecable que realizan cientos de profesionales que hoy no se van de fiesta. Me quito el sombrero ante todos ellos.