Ya está en las librerías el nuevo libro de Carlos Ruiz Zafón El laberinto de los espíritus, que cierra su exitosa saga iniciada por una de las más bellas obras de la literatura española y universal, La sombra del viento. Debo confesar que este libro marcó un antes y un después en mi trayectoria como lectora, en la que está marcada a fuego la obra del gran Gabriel García Márquez, que me cautivó para siempre con Cien años de soledad, y que siguió haciéndolo con El amor en los tiempos del cólera. El libro de Zafón me llegó arrastrado por los ecos de un éxito que se había ido construyendo casi como de tapadillo, como un susurro que corre alentado por una ligera brisa que va creciendo a medida que se van sumando nuevos susurros. Y debe reconocer que caía rendida a los pies de Zafón desde la primera página de La sombra del viento. Aún recuerdo frases sueltas («Se retiró a su habitación, herido de silencio..») que subrayaba con avidez y que me convencieron poco a poco de que estaba ante uno de los grandes libros de mi vida. La primera alusión al 'Cementerio de los libros olvidados' me retrotrajo a los universos del más puro realismo mágico que con tanta maestría dibujara el gran Gabo y la historia del niño que tenía miedo de olvidar el rostro de su madre, ya fallecida, así como la de su padre, librando una batalla perdida contra la tristeza y la melancolía, me atravesó el corazón. Aunque los siguientes libros de la saga no estuvieron a la altura del primogénito, reconozco que estoy deseando tomar entre mis manos el nuevo libro de Zafón para saborear de nuevo la literatura con mayúsculas.