Sé que ha llegado la Navidad porque ya están aquí los grupos de WhatsApp de la Lotería. Porque, aunque los anuncios de los últimos años nos vendan la idea de que nuestros generosos amigos del bar o compañeros de trabajo nos guardarán un décimo, si se da el caso de que toca (en el bar o en el trabajo) y, por la razón que sea, no hemos comprado, todos hemos leído noticias de afortunados que huyen con los boletos premiados y, si han visto a sus compañeros de suerte, ni se acuerdan. Lo de Justino y sus colegas no deja de ser un anuncio. Un año más, nos daremos a la ludopatía puntual, para comprar décimos en comandita. Yo, al menos, voy a ´casar´ todos los números que lleve con gente maravillosa. Para que, si me toca, toque también a quien más se lo merece. E irnos todos juntos a una casita de, por ejemplo, Laponia, a divagar qué hacer con nuestros múltiples ahorros repentinos mientras contemplamos bellas auroras boreales. Que la suerte nos acompañe.