No se puede hacer peor. No es la primera vez que la consejería de Educación realiza adjudicaciones telemáticas de vacantes para interinos y, sin embargo, los interinos de la Región asistimos, atónitos, a un ejercicio lamentable de organización de los mismos. Ya no es solamente que la web de la consejería de Educación esté colapsada durante horas, que haya retrasos, vacantes que aparecen y desaparecen€ a todo eso nos tienen acostumbrados como si fuera lo más normal del mundo, aunque no lo sea.

Además, este curso, y tras la arbitraria y chapucera rebaremación de listas de Primaria, hemos asistido a un ejercicio de imprevisión, irresponsabilidad y dejación de funciones. Tras dicha rebaremación, impuesta unilateralmente y que precariza el trabajo de los docentes interinos de la Región, Educación consideró que no era necesario aprobar todas las listas resultantes para el mes de julio. El resultado: en julio no pudieron adjudicarse más de cuarenta vacantes porque la lista del denominado ´Bloque II´ no fue publicada. Así, dichos maestros no han podido incorporarse a los centros educativos desde el 1 de septiembre y los nombramientos realizados a principios de mes serán revocados dentro de unos días, cuando dicha lista sea definitiva. Resulta lamentable que ocurriera esto y que los responsables de Relaciones Humanas se hayan escondido y no asuman su responsabilidad ante tal ejercicio de imprevisión.

Sin embargo, y aunque parezca increíble, han vuelto a superarse con las adjudicaciones de Secundaria. Ya no es que en julio apenas se convocase casi ninguna especialidad y que los primeros interinos se hayan incorporado con fecha de 15 de septiembre (con el curso empezado); es que ahora la consejería realiza convocatorias a partir de las diez de la noche y con plazos de doce horas para cumplimentar la instancia. Y no contentos con ello, deciden que los interinos se presenten en sus destinos la misma mañana en la que se publica la lista definitiva, y no al día siguiente, obviando que los interinos no somos entes espirituales que nos desplazamos en segundos, sino que, como todo el mundo, necesitamos un mínimo de tiempo para desplazarnos; y eso sin tener en cuenta a quien resida fuera de la Región o a quien deba recorrer 150 kilómetros para llegar al centro de destino.

Es notorio que la consejería que ´mal-dirige´ Pedro A. Sánchez no es consciente del nivel de indignación existente entre el colectivo interino. A los recortes hay que sumarle la imposición de un sistema de listas precario y discriminatorio, ha incumplido su promesa de diálogo, su planificación de relaciones humanas es absolutamente deficiente e incompetente, y además se suma la negativa a escuchar. La organización de las adjudicaciones es tan chapucera que llegan a solaparse los actos de adjudicación, sin apenas tiempo entre ellos, produciendo la sensación de ´fraude´ que desvirtúa el orden de configuración de las listas debido a que no se publican todas las vacantes existentes. Es inadmisible un funcionamiento tan poco profesional, chapucero e inmerso en un caos que parece no tener fin. Está claro que la consejería de Educación adolece de la calidad y excelencia que tanto pregonan.

La propia Asociación de Interinos Docentes de la Región de Murcia (AIDMUR) lleva dos años presentando propuestas que agilicen los procesos de adjudicación y poder evitar los problemas que vienen repitiéndose año tras año. Sin embargo, la respuesta recibida es el desdén y la negativa, siquiera, a discutir las propuestas. El resultado, un ridículo espantoso y la crítica generalizada de todo el colectivo interino de la Región, que sigue sufriendo la incapacidad manifiesta de unos dirigentes obtusos e instalados en la irrealidad de sus despachos.

Y la situación es tan kafkiana que el propio consejero ha decidido blindarse de las críticas, escondiéndose. Desde hace más de un año no recibe a los interinos para dialogar, y encima los bloquea en las redes sociales, estableciendo un muro de silencio y arrogancia; y desde la dirección general de Relaciones Humanas no son capaces de ofrecer soluciones ni propiciar un dialogo fluido con espíritu colaborativo. Sencillamente, no quieren. Y eso es preocupante, porque de su actitud se trasluce una concepción de desprecio hacia los docentes de la Región. Ellos, los políticos, que si han llegado a algún sitio ha sido porque un maestro les ha enseñado algo€eso, y que el ´dedo divino´ los ha elegido para ocupar sus cargos.

Resulta paradójico que un dirigente que pregona insistentemente su disposición al diálogo haga precisamente lo contrario. Es grave porque se presume de lo que se carece, y porque la negativa a escuchar y a dialogar no tiene nada que ver con la excelencia que tanto pregonan y que se atreven a exigir a los demás. Tal vez deberían empezar por sí mismos y así evitarían el ridículo y la indignación existente.