Rajoy era "indecente" para el PSOE hace solo diez meses. Tal vez por ello, el PSOE le regala ahora a Rajoy la presidencia del Gobierno. Sin cautelas, sin pedir nada a cambio. Sin ni siquiera pedir perdón a los votantes socialistas. El PSOE se va con el más fuerte, con lo cual acentúa su debilidad.

A raíz del entreguismo del Reino Unido a Washington en la guerra de Irak, se apodó a Blair "el perro faldero" de Bush. El PSOE es desde hoy la mascota del PP. El exprimer ministro británico paga todavía las facturas de su obsequiosidad, los socialistas tardarán también en amortizar su deuda. No le regalan solo 85 votos a Rajoy para que los administre según su capricho, le entregan el patrimonio acumulado durante los cuarenta años de transición.

De Gaulle temía a los partidos demasiado poderosos, pero los partidos demasiado débiles todavía son más peligrosos. El PP no se ha movido, queda como un partido fiable. El PSOE gira, es un partido falible. Además, los socialistas han desautorizado las elecciones de diciembre y junio, que ofrecían otras geometrías. A cambio, han obtenido por fin una mayoría absoluta, por 139 a 96. A favor de Rajoy eso sí, con el probable fusilamiento de los socialistas disidentes.

Rajoy perdió respectivamente sesenta y cincuenta diputados en las dos generales celebradas desde 2011. En cambio, la junta socialista de Javier Fernández es tan entusiasta de Rajoy y sus triunfos, que hasta Cospedal se pondrá celosa. Los abstencionistas del PSOE aplauden al PP con un vigor al borde de declarar que votarán a los populares en las próximas elecciones.

Rajoy no lo hubiera hecho, se equivoca Pablo Iglesias cuando habla de gran coalición. Jamás nombrará el PP a un presidente del PSOE, se sobreentiende que "gobernabilidad" es una abreviatura de "gobernabilidad desde la derecha". El PSOE ha estado tan preocupado por no perder las terceras elecciones, que no se ha planteado si llegará a las cuartas.