El Ayuntamiento de Murcia se ha puesto manos a la obra para la recuperación y puesta en valor de la parte de la antigua muralla árabe de la ciudad que se encuentra en plena calle Sagasta, en el barrio murciano de San Antolín, un vestigio de la historia de la ciudad que no siempre se encuentra en las mejores condiciones, convirtiéndose a veces en un estercolero.

La Concejalía de Educación, Relaciones con las Universidades y Patrimonio del Ayuntamiento de Murcia, que dirige Rafael Gómez Carrasco, tiene en marcha ya los trabajos para adecentar esta parte de la muralla que protegió Murcia y ponerla al servicio del disfrute de los ciudadanos, para que puedan adentrarse más en el conocimiento del pasado del suelo por el que pisan.

Lo que queda de muralla en esta zona son cinco metros, de los cuales una parte se encuentra al aire libre (concretamente en la plaza José María Bautista, que parte de la calle Sagasta y desemboca en San Nicolás) mientras que otra parte importante está en el sótano del edificio en el que hoy hay una tienda de antigüedades. Precisamente este espacio sufrió los efectos de la rotura de una tubería que tuvo lugar en el año 2013, causando importantes desperfectos tanto en la muralla como en el propio comercio. «La inundación, en la que hubo tres millones de litros de agua, tiró la muralla», afirma el propietario del negocio de antigüedades en cuyo sótano se encuentra parte de esta estructura, José Luis Salamanca.

Para poder recuperar este tramo de muralla que fue afectado por la rotura de la tubería, la Concejalía de Patrimonio licitó recientemente un contrato de 5.200 euros (más IVA) cuyo objetivo será el estudio sobre el estado en el que se encuentra la parte situada en el sótano, para decidir, en función de los resultados que ofrezca, planificar una actuación municipal y recuperar la parte de la cerca que se esconde debajo del edificio. Estos tramos que se encuentran bajo construcciones suelen ser, además, los mejores conservados, puesto que los inmuebles los protegen del desgaste que producen los fenómenos meteorológicos.

Una inundación en el año 2013 causó importantes daños en los restos históricos. descubriendomurcia.com

Esta actuación se incluye dentro de un protocolo que la Junta de Gobierno Local para el mantenimiento, restauración y conservación de los restos de la muralla árabe que rodeó la ciudad en el siglo XII, que se conservan en las calles Sagasta y Verónicas. Este plan, según informó entonces el Consistorio, incluía la limpieza y mantenimiento del ornato de varios tramos de la muralla que se encuentran integrados en espacios urbanos del Recinto Histórico de Murcia, que es de titularidad municipal. En concreto, se llevarán a cabo labores de retirada de basuras y residuos, retirada de vegetación y limpieza de pinturas y grafitis, todo ello de manera manual. Hace unos meses, el grupo Cambiemos Murcia denunció en el Pleno que no se estaba cumpliendo dicho protocolo.

El concejal de Educación y Patrimonio, Rafael Gómez, señaló que la intervención municipal en la muralla de la calle Sagasta no se limitará al acondicionamiento de la misma, sino que se plantea poner a su alrededor un panel informativo para que los ciudadanos se conciencien de la importancia histórica del lugar en el que se encuentran. Recordó que la puesta en valor del patrimonio es uno de los objetivos del Gobierno local presidido por José Ballesta.

Historia Un sistema defensivo que elogió Jaime I

Historia Un sistema defensivo que elogió Jaime ILa muralla árabe, de la que todavía se conservan restos, se construyó en el siglo XII, bajo dominio musulmán, y se mantuvo en uso hasta la época de los Reyes Católicos, en 1488. Servía para proteger a la ciudad tanto de las posibles invasiones como de las riadas del Segura. Un cronista que acompañaba al rey aragonés Jaime I durante la conquista de Murcia destacó el gran valor de la muralla.

Desde los años 60 del siglo XX, las respectivas Corporaciones que han gobernado Murcia se han preocupado por hacer visibles los restos de la muralla, que se pueden contemplar en el barrio de Santa Eulalia y, desde más recientemente, junto al mercado de Verónicas y en el aparcamiento público que existe en la Glorieta de España, donde se puede ver una de las principales puertas. Bajo el suelo de la Plaza del Romea, tras una remodelación de la misma, se halló en los años 90 un impresionante tramo de este cerco medieval, que hoy se encuentra bajo nuestros pies.