Quien diga que Corvera no tiene historia, o tiene una historia cercana no sabe lo que está diciendo, pues este pueblo tiene una gran trayectoria histórica, lejana en el tiempo, incluso más allá de la propia de las ciudades importantes de nuestra región de Murcia. En este momento traigo a estas páginas un episodio de la historia de Corvera, sucedido en el año 1452, doscientos años antes de erigirse la Parroquia de Ntra. Sra. del Rosario de la mencionada pedanía.

Reinaba en España Juan II, aunque en una parte de ella, pues aún estaba presente el Reino de Granada. La contienda política mantenida en la Corte castellana, por ambiciones de los magnates tuvo en el Reino de Murcia repercusión inmediata y su territorio fue escenario bélico de los contrapuestos intereses de infantes y nobles.

En breve espacio de años hicieron acto de presencia en la capital murciana tanto el príncipe Enrique, como el condestable Álvaro de Luna, Rodrigo Manrique y los infantes de Aragón, Enrique, Maestre de Santiago y Juan, Rey de Navarra. Causas que motivaron la anarquía del reino y la guerra civil, con más de 20 años de duración y cuyos principales protagonistas fueron Alonso, Diego y Pedro Fajardo.

Aprovechando la discordia castellana, el monarca granadino, ayudando a unos y a otros, procuró mantener la división de los murcianos y rehacer sus fronteras, con la intromisión de fuerzas y de coacciones políticas que duraron algún tiempo y cuyo periodo álgido fueron los años 1448 y 1449. Intervención que no se limitó a ayudar a alguno de los bandos en lucha, sino que al mismo tiempo los almogávares fronterizos efectuaron toda clase de incursiones por el Reino de Murcia en busca de botín.

La temida y anunciada incursión se produjo en el mes de marzo de 1452. No se atrevieron los granadinos atacar Lorca, bien defendida, por lo que se dirigieron hacia el Campo de Cartagena y término de Orihuela, donde fácilmente podrían obtener importante botín. Un romance juglaresco indica el itinerario seguido por la hueste granadina: campos de Pulpí y Puerto de los Peines para entrar por el Campo de Cartagena, donde arrasaron los lugares de Corvera, El Escobar, Campo Nubla y Rincón de San Ginés, hasta llegar a las cercanías del Pinatar, resultando 50 cautivos y 40 mil cabezas de ganado obtenidos como botín.

Pero, el viernes 17 de marzo de 1452, en los llanos de los Alporchones tuvo lugar el encuentro entre las huestes granadinas y los jinetes cristianos, en una batalla feroz, que finalizó con el triunfo murciano, recuperando lo perdido anteriormente.

Corvera se recuperó, rehizo su vida, sus aldeanos reiniciaron la rutina cotidiana, y volvieron a reconstruir su maltrecha aldea; Corvera no quedó al margen de la historia y todo volvió a renacer, como siempre con el gran valor de los corvereños y las corvereñas.