Desde inquietudes sobre el estado de los accesos a algunas pedanías o el precio del IBI y de las instalaciones deportivas, pasando por la retirada de placas y bustos que van contra la Ley de la Memoria Histórica o cómo avanza el proyecto de restauración y adecuación de la Cárcel Vieja. Estas son algunas de las cuestiones que plantearon algunos de los más de 300 vecinos del municipio que se reunieron ayer en el Palacio del Almudí para plantear las cuestiones que más les preocupan y escuchar el balance de gestión del primer año de Gobierno del alcalde, José Ballesta, durante la I Jornada de Participación Vecinal del Ayuntamiento.

«Mejorar Murcia no es nuestra ilusión, es una pasión: la pasión por esta ciudad y sus vecinos. Queda mucho por hacer, mucho por soñar, pero trabajamos por hacer de Murcia una ciudad de todos y, en este camino, nos volveremos a encontrar», comentaba Ballesta tras la proyección de un vídeo sobre los proyectos que plantea para la mejora de la ciudad.

Ballesta destacó «que casi 3.000 personas hayan encontrado empleo en los últimos 12 meses» y que quiere un modelo de ciudad basado en cuatro modelos: territorial, productivo, social y cultural. En el primero se refirió «a la recuperación de espacios públicos, con proyectos como Murcia Río, la recuperación de la Cárcel Vieja y San Esteban, así como el Plan de Acción de la Huerta de Murcia».

Con respecto al modelo productivo, destacó «el papel de los viveros de emprendedores y el modelo Smart City basado en el conocimiento como fuente de riqueza».

Protestas y «postureo»

Entre los presentes en el Almudí se encontraban representantes de los sindicatos de funcionarios del Consistorio, que quisieron dejarse ver con las camisetas verdes con el lema 'Alcalde, ¿por qué nos mientes?', con las que protestan por «la paralización» de la negociación del convenio colectivo.

Por su parte, Sergio Ramos, concejal de Cambiemos Murcia, señalaba en un comunicado que la jornada de puertas abiertas no es más que «postureo», que vacía de contenido la palabra «participación» y «es una falta de respeto a la ciudadanía y al Pleno municipal de un alcalde que ha decidido no cumplir los acuerdos plenarios y utiliza las instituciones para, a través de la mal llamada Jornada de Participación Vecinal, hacer publicidad de su gestión».